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viernes, marzo 29, 2024

Piensen en esto…

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¿Alguna vez se ha preguntado por què son tan comunes los divorcios en estos días?  Buena pregunta, ¿verdad?  Una de las razones es que hoy en dìa una mujer le puede decir al hombre rápida y directamente: «Si tú no puedes cuidar de mí adecuadamente, te puedes ir, yo te voy a dejar…»

En mi casa materna fuimos diez hijos. Mi mamá nunca pudo decirle a mi papá: «Te voy a dejar» ¿Què es lo que ella iba a hacer?  Ella no tenía ninguna preparación profesional o académica, y tampoco estaba preparada para ningún trabajo fuera del hogar.  El hogar era toda su vida… Desde niña había sido enseñada a cuidar y mantener una casa no solo en orden con respecto a la limpieza pero también en el orden de los hijos. Mi mamá nunca tuvo necesidad que nadie la ayudara. El servicio doméstico no era necesario en nuestra casa porque ella se ocupaba de todo.

La independencia es una situación relativamente nueva para las mujeres, y los hombres todavía están aprendiendo a enfrentar este cambio.  En muchas maneras, la mujer ha tomado el control no sólo de la función tradicional del hombre como proveedor, sino también de la función como protector.  Ella ahora también usa un bate, también tiene una pistola en su bolsa, y tiene un teléfono celular para llamar a la policía rápidamente. Antiguamente eran los hombres los únicos que mantenían el hogar. Ellas cuidaban la casa. Dos cosas muy diferentes.

Así que, ¿Què es lo que un hombre hace? El dice, «Yo soy tu protector» y ella le responde, «yo no necesito que tú me protejas a mí».  Es un mundo diferente.  Los hombres ya no saben lo que ellos están supuestos a hacer por las mujeres. ¿Quien cuida a quien el dìa de hoy entonces?

Antiguamente los hombres y las mujeres vivían en esferas diferentes. La esfera de un hombre era el trabajo y la supervivencia.  El mundo de la mujer era el hogar y los hijos.  No existía ninguna confusión en las funciones.  Ellos sabían exactamente dónde estaban supuestos a estar. Quien pagaba los consumos en el restaurante era el hombre. Tenía que tener suficiente orgullo natural para no pasar la vergüenza que vieran a la esposa cancelando los gastos.

El hecho de que una mujer abandone el hogar y entre al lugar de trabajo significa que el hogar ya no está siendo atendido específicamente por ella.  El hombre ya no está seguro de cuál es su trabajo en el hogar y la mujer tampoco está segura de cuál es su trabajo en la casa.  Ambos se encuentran muy confundidos. Ahora ella llega a casa después que èl. Cuando el hombre llega tiene que hacerse cargo de la nota que ella le dejó en el WhatsApp: “En la refri te dejé un trasto con la cena, caliéntala para cuando yo llegue y cenamos, mientras tanto, supervisa a los chicos y que se bañen antes de acostarse. Que no miren mucha tele. Etc.etc.”.

Antes, el hombre salía a cazar y llevaba un trozo de carne a la casa para la cena. Ahora la madre esta trayendo al hogar no solo un trozo de carne sino la res completa… Es más, la mujer era dueña no solo de la res antes de casarse, por lo tanto, el pedacito de carne que el hombre lleva con mucho orgullo, para ella no significa nada… siempre tuvo que comer antes de casarse. No es un secreto que hoy las damas, antes de tener un esposo ya tienen su apartamento, su carro, su chequera, su titulo académico, sus ahorros y están listas para demostrarle al hombre “de su vida” que no necesitarán mucho de èl más que compañía.

Entonces, damas y caballeros, respondan esta pregunta: Si ambos, tanto el esposo como la mujer , están trayendo al hogar la carne, el pan, las tortillas y el pago de los recibos, entonces, ¿quien es el proveedor? Esa es una pregunta muy problemática para los hombres.  Si los dos están pagando la casa, entonces, ¿Quien está proveyendo el techo para sus cabezas?  Antes el hombre era el dueño de la casa porque èl la comprò y porque èl la pagó.  Hoy en dìa, la casa no pertenece al hombre. Le pertenece a ambos, tanto a ella como al hombre. Es por eso que los abogados tienen problemas a la hora de un divorcio: ¿Quien se queda con la casa? ¿La mitad para cada uno? O sencillamente el hombre tiene que tomar sus pocas pertenencias y salir con la cola entre las piernas, porque todo lo que hay en esa casa es de ella.

¿Es verdad que el hombre de hoy es el «hombre de la casa»? ¿Es verdad que el hombre de hoy es el protector de los que están bajo su cuidado? ¿Es verdad que el hombre de hoy lleva los pantalones en la casa, cuando la esposa también usa pantalones…?

No estoy en contra de las modas. No soy mojigato. Lo que estoy dejando en el tapete es que los hombres de hoy tienen un buen problema con su hombría. Ya el hombre de hoy no puede llamarse proveedor, protector, cuidador, sacerdote y otros roles más que Dios le dio a desarrollar. Es una tristeza lo que estamos viendo hoy en dìa en muchos hogares, especialmente de cristianos que aún no toman en serio el papel de cada uno de los cónyuges.

Se los dejo para que piensen en esto, queridos lectores.

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12 COMENTARIOS

  1. Lamentablemente es muy cierto todo lo escrito. Conozco especialmente una pareja que la mujer dice a su esposo, que no lo necesita como proveedor, porque es suficientemente «mujer» para mantener la casa y a sus hijos. Es más; no tiene el apellido del esposo, porque dice que ella no es de «su» propiedad. Gracias por tan cierta y hermosa enseñanza.

  2. Lamentablemente es muy cierto todo lo escrito.
    Conozco especialmente a una pareja que la mujer dice a su esposo, que no lo necesita como proveedor, porque es suficientemente «mujer» para mantener la casa y a sus hijos. Es más, no tiene el apellido del esposo, porque dice que ella no es de «su» propiedad. Gracias por tan cierta y hermosa enseñanza.

  3. Hijo Dios!!!
    Es tan real y verdadero, y lo vivimos cada dìa sin ni siquiera darnos cuenta. Que pena, no?
    Bendiciones pastor, gracias.

  4. Una realidad social innegable y muy difícil de asimilar y cambiar…solamente el poder transformador de la palabra puede poner las cosas en su lugar y hacer que ocupemos y desarrollemos los roles para los que fuimos creados, buenísima reflexión amado Pastor.
    Bendiciones!

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