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sábado, abril 20, 2024

Primeros conflictos por el evangelio

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De todos es conocido que nuestro amado Salvador sufrió persecución desde niño.Parece que el mensaje que traía iba a conmover al reino de las tinieblas y el infierno no se quedó paralizado sino que enfrentó la luz de Cristo con todos los recursos a su alcance.

Desde los primeros días de su ministerio,el Señor fue amenazado de muerte en la propia Nazaret donde se había criado porque los religiosos fariseos no podían creer que Él fuera el Mesías anunciado por los profetas.La sentencia de muerte marcó la vida ministerial del Señor hasta que llegó el día señalado y entregó su vida como estaba escrito.

Pero los conflictos no cesaron con la muerte del Señor,sino que Él mismo anunció que la iglesia sufriría por causa de su Nombre.Desde el día de Pentecostés los apóstoles sufrieron desprecio y persecución por anunciar el evangelio y el libro de los Hechos relata todas las aflicciones de los discípulos.

El bendito evangelio de Cristo no causaba agrado a los oyentes.A la gente le gustaban los milagros y señales prodigiosas que los apóstoles hacían,pero se resistían a creer y obedecer,y manifestaban enojo,ira y odio al igual que lo hicieron con Jesús.

Y comenzaron a surgir también diferencias entre los mismos discípulos.Unos interpretaban las enseñanzas del Señor de una manera y otros de otra.El capítulo 15 del libro de los Hechos nos muestra una contienda por definir si los gentiles debían ser admitidos en la iglesia.La sabiduría divina nos muestra la manera cómo se deben resolver los conflictos por el evangelio.Convocaron un concilio,para buscar una solución que resuelva las diferencias y así mantener la unidad espiritual.Tan temprano en la historia de la iglesia el Espíritu Santo anunció la necesidad de estar preparados unidos en la verdad,pues a la iglesia le vendría una verdadera avalancha de herejías,algunas muy pulidas,que provocarían graves divisiones en el cuerpo de Cristo.

Lo que queda claro es que la iglesia sufriría conflictos externos con las religiones y filosofías de moda,pero también conflictos internos por asuntos de interpretación y entendimiento de la Palabra.

Es interesante observar que a la iglesia moderna no parece preocuparle este asunto de las diferencias doctrinales o teológicas que si fueron atendidas por la primera iglesia.Si el Nuevo Testamento nos exhorta a la unidad en la fe,deberíamos procurar la unidad de la iglesia en la única verdad sostenible,que es Cristo,en lugar de ver con indiferencia esta fragmentación que se da ante nuestros ojos.

Diferencias siempre habrá por causa de nuestra humanidad,pero las diferencias no se resuelven dividiendo más y más a la iglesia,sino buscando conciliar las diferencias por el testimonio verdadero de la Palabra.Es el Espíritu Santo quien nos guía a toda verdad.

No caigamos en el error religioso de dogmatizar nuestra doctrina sin permitir que sea revisada.Después de la Reforma,los dogmas religiosos fueron puestos a prueba y no resistieron la verdad de la Palabra y fueron derribados.Nadie es infalible,sólo Dios no se equivoca.Seamos humildes para reconocer el error y corrijamos el camino a la luz de la Palabra. Así daremos verdaderamente gloria sólo a Dios.

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