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jueves, marzo 28, 2024

Inició la tercera guerra mundial: ganémosla juntos

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La guerra presente, es sin armas, pero con olor a pólvora…

El mundo versus la peste presente, son los contrincantes en el cuadrilátero biológico-social.

Esta peste inmunda que azota a las naciones, camina y avanza con un sequito de oscuridad.  Es decir, con un grupo de mercenarios que le ayudan a visitar y a enfermar la mente y el corazón de las personas, incluso aun a los no contagiados.

Veamos a continuación el sequito pandémico mundial, que esta peste está trayendo a las naciones:

  1. El temor: es la sospecha que algo malo pasará. 
  2. El miedo: es la sensación de angustia, por la presencia de un peligro, real o imaginario.
  3. El pánico: es la combinación del temor y el miedo. Esa mescla aumenta la intensidad de la proximidad de la muerte.  Regularmente esto sucede de manera masiva. Es decir, ciudades, o naciones completas.
  4. La paranoia: se considera ya como una enfermedad mental o Psicológica, basada en un grupo de ideas o pensamientos obsesivos, pero que son absurdos, y provienen de hechos falsos o creados.
  5. La falta de fe:  es una enfermedad espiritual, donde el que creía y confiaba en el poder y la intervención de Dios, ha renunciado a creer.  Y ha sustituido su confianza en Dios, por métodos humanos o sentidos de supervivencia.
  6. La tristeza: es el desconsuelo del alma, donde se está próximo a la frustración y por consiguiente a la depresión.  Aquí se manifiestan lágrimas, falta de apetito, ausencia de esperanza, renuncias, y ánimos muy bajos.
  7. La ansiedad: es una intensa inquietud y extrema inseguridad.
  8. El insomnio: por supuesto, es la falta anormal del sueño, y una tremenda dificultad para conciliar el descanso mental sin poder dormir.

Este es el sequito del que se hace acompañar este virus impostor.  Autoevalúate, en este momento, y verifica si estas sufriendo alguno de estos síntomas, por causa de las noticias diarias y de la progresión matemática de infectados en la nación o de los reportes del avance de la mortandad.

Quiero decirte que todo esto es curable. 

La Biblia dice, que él es el que te sana de todas tus dolencias, no solamente de las dolencias físicas y espirituales sino también, las dolencias del alma, es decir las enfermedades emocionales. 

La sangre de cristo, su palabra, la oración y la adoración, son antídotos que traen bálsamo sanador a tu alma en todo tiempo. 

Sin embargo, en medio de la guerra mundial, este virus también está matando a otros virus, que de alguna manera nos estaban enfermando.  Y por consecuencia de su avance en el mundo, también nos ha ayudado a exterminar otras pestes, que las estábamos sufriendo desde hace años:

Como, por ejemplo

  1. La vanidad: la gente ha perdido el interés en su imagen, y se ha interesado más por su aseo y salud.  Los salones, peluquerías, butic, almacenes de moda, etc, están cerrados, y además de eso, las finanzas se cuidan mejor para hacer uso de ellas en alimentos y no en vanidad.
  2. El egoísmo: estamos pensando en otros y no solamente en nosotros mismo. Muchos estamos compartiendo las provisiones y bendiciones de Dios con otros.  Oramos no solamente por nuestra nación sino también por otras naciones.  Queremos el bien común y no solo el nuestro etc.
  3. La desunión familiar: otro de los virus que está siendo exterminado.  Las familias estaban en total independencia e individualidad, pero por las circunstancias de las cuarentenas domiciliares, las familias se han unido, los padres y los hijos están luchando por tener una mejor relación y los matrimonios una mejor comunicación.  Nadie quiere que se infecte algún miembro de su familia, y eso hace que cada vez nos alegremos a saber que hemos amanecido y anochecido juntos y con vida.
  4. La frialdad espiritual: este es uno de los virus más letales que había estado enfermando a los cristianos de manera masiva.  La iglesia había dejado de orar como se debe, las familias no se reunían para leer la biblia y meditar en su palabra.  Congregar se había convertido en una rutina indeseable.  Y ahora todos se mueren por estar en la iglesia a y adorar juntos a Dios. 

así que este virus está matando a otros virus que nos estaban distanciando de lo más importante la cual es: Dios, la familia y el prójimo.

Tal pareciera que la distancia social-física, ha unido a las sociedades de manera moral, y espiritual.

Por lo tanto, estamos ganando la batalla. 

Esta guerra mundial la vamos a ganar con la ayuda de Dios.

Todos los sistemas económicos, de salud y de más, están colapsados, incluso en la grandes potencias o países de primer mundo como se les conoce.

Todos, grande y pequeños, ricos y podres, ciudadanos y presidentes, estamos de acuerdo con algo: en que solo Dios nos puede sacer de todo esto.

A eso le llamo: ganar la guerra mundial sin creer en el mundo sino en Dios.

Pai Otoniel Alvarado

Casa Emanuel para todas las Naciones.

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