Sus caricias te satisfagan en todo tiempo,
Y en su amor recréate siempre.” Proverbios 5.19
Parece que hay un desenfreno por buscar la satisfacción personal y que, en ese
camino, el sexo es una manera de hacerlo sin importar más que la relación y la
satisfacción en sí mismos. ¡Qué engaño! Pues no estamos provistos solamente de
cuerpo para pensar que el fin último es satisfacerlo a toda costa, tenemos mente,
corazón… un alma. Cada esposo debe aprender a apreciar a su esposa, disfrutar de
sus caricias en todo momento y solamente las de ella. Una mejor palabra para
caricias sería “pechos”, es decir, se enfoca en los senos como punto del encuentro. A
lo jóvenes los invitamos a desarrollarse sexualmente dentro del matrimonio y a los
casados a recrearse siempre con la esposa que Dios nos ha dado.
Y tú ¿Disfrutas con tu cónyuge del sexo matrimonial? Recréate con Sabiduría en
Acción.
