Cuando piensas en una relación sumamente íntima y exclusiva entre un hombre y
una mujer la imagen que puede venir a tu mente no es precisamente la relación que
debemos tener con la sabiduría o directamente con Dios. Sin embargo, es lo que
compartimos hoy. Nuestra relación matrimonial debe ser cuidada para que sea
fructífera, de la misma manera que relación con la sabiduría y específicamente con
Jesús, debe ser cuidada permanentemente. Debemos amarlo por sobre todas las
cosas, y en estos días que pensamos en el amor, la amistad, la fidelidad y virtudes
afines, es importante para nosotros enfocar en primera instancia nuestro amor a
Dios. Él está dispuesto a amarnos y está al alcance de todo aquel que le busca desde
temprano y con corazón dispuesto. ¿Amas a Jesús de tal manera que buscas con
diligencia estar en íntima comunión con Él? Cuando lo buscas vives con Sabiduría en
Acción.
