“Porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén…”Mateo 6:13
Hemos llegado al final de la oración modelo que nos ha dado nuestro Jesús para realizarla y clamar así en nuestro tiempo devocional con El Señor. Habrá situaciones en la que podrás estar muy cargado y lo importante será que desahogues tu corazoncito ante nuestro Padre, con tus propias palabras, con toda sinceridad, pues a un corazón contrito y humillado, ¡el Señor nunca lo desprecia! Recuerda que al iniciar y finalizar tu oración debes terminar con alabanza, adoración y dándole la gloria al Rey.
“Porque tuyo es el reino”: quiere decir que estamos proclamando que el Señor es el Rey soberano y dueño de este mundo y de todo el universo. Estamos especialmente confirmando que Él está reinando sobre nuestra vida. Es tener esa certeza de que estamos bajo el dominio y la protección del Rey Todopoderoso que hizo los cielos, la tierra, a todos los seres humanos, plantas y animales. Es reconocer su grandeza, tener confianza en que, si Él reina en nuestro corazón, estamos en el camino y la lucha correcta. Es por ello que la Palabra del Señor nos instruye a “obedecer a Dios antes que a los hombres”. Hechos 5:29 lo señala cuando Pedro y los apóstoles
dijeron: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Cuando las autoridades que Él ha puesto en este mundo -llámense gobernantes, pastores, padres, esposos, etc. desean que hagamos algo totalmente contrario a Sus mandamientos, es entonces cuando no estaremos sujetos a dichas indicaciones.
Se trata, de ver y estar conscientes que estamos bajo la cobertura de un Rey de amor, quien no nos desamparará en nuestra decisión de obedecerle frente a toda orden o decreto que violente sus preceptos, honrando nuestra lealtad con su protección y fortaleza. Todo el universo le pertenece al Rey de Reyes y Señor de Señores. ¿En quién tengo puesta mi confianza, sobre quién descansa mi fe? ¡Por esto el Salmista David lo declara!:
Salmo 46: 8-10“Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”
¿Es el Dios Viviente el rey en tu vida?
Mis hermanos la próxima semana continuaremos con esta serie.
Con el amor de Cristo,
Helen de López
