La decisión de hacer bien a los demás tiene varias aristas, pero creo que debe llevar implícito la acción de bendecir, un ateo hace el bien, conozco muchos cristianos que no hacen el bien, y muchos ateos que sin saber que bendicen lo hacen, pero en su mente hacen el bien.
Podemos identificar tres tipos de prójimo, el primero es nuestros familiares, el segundo es el que está en nuestro entorno porque nos conoce y le conocemos, les llamamos amigos, el tercero es el que no conocemos, pero sabemos que una decisión nuestra causa un efecto positivo, quizás nunca vendrán a darnos las gracias porque no saben que fuimos nosotros, pero hacer el bien nos libera. En un país como El Salvador por sus características, es un mandato ser solidario y estar pendiente de los demás, no podemos amar sin ser solidarios.
Jesús aunque tuvo a sus discípulos como su principal prójimo, en un momento cuando llega su madre y sus hermanos y le mencionan que ahí están, el expresa quién es mi madre y quien son mis hermanos, Jesús enseña que atendió a todos, pero por algún motivo siempre me he preguntado por qué fue tan duro con los fariseos, como que reprobaba la religiosidad, él a través de las parábolas, él a través de darle vista a un ciego, a través de tener amigos publicanos y prostitutas, había un vinculo pero nunca lo hubo con los fariseos, el único fariseo con quien tuvo un vínculo y un dialogo muy bueno fue con Nicodemo, más sin embargo la historia narra que Nicodemo llegó de noche al lugar.
Muchas personas se desligan de ayudar porque sienten que son incapaces de cambiar el mundo, porque la necesidad y el hambre siguen estando, mejor me abstengo de ayudarles, sin embargo, es una obligación ayudar y ser solidarios los unos con los otros y creo que ese amor al prójimo a quien más edifica es a nosotros.
Cuan importante es saber que el ser humano no nació para odiar, el ser humano no nació para vivir resintiendo, hay personas que hacen de esto un motivo para aislarse, pero el cristiano debe ser sal y luz, nuestra misión es creer y esperar, muchas veces la vida nos pone misiones que a veces no gustan, pero debemos hacer lo posible por hacer lo imposible, por mantener sano nuestro corazón, las espinas de dolor no deben ser espinas que aniden en nuestra alma, no podemos porque albergamos raíz de amargura que destruye nuestra alma, es la única forma de convertir la letra en acción, es muy importante hacerlo por uno mismo.
Hay 3 cosas que a mi juicio son importantes para la vida de los demás, 1. El prójimo necesita la oración intercesora, es ir delante de la presencia de Dios para presentar la causa de nuestro prójimo, aunque exista un férreo debate de qué es más importante si lo social o lo espiritual, parece pesó lo espiritual y no se extendió la mano al prójimo pareciendo que se critica a la iglesia evangélica por ello, pero esto no quita la relevancia que tiene la parte espiritual presentando delante de Dios las peticiones de los demás, clamar por alguien más es una muestra de amor al prójimo, 2. Escuchar a los demás, a muchas personas no les podemos cambiar el mundo, pero el solo hecho que les escuchemos hacemos sentir que es de importancia su vida, escuchándoles en el momento de angustia, en el momento de dificultad y agonía, es importante no perder esta responsabilidad, sobre todo los pastores tenemos la bendición de escuchar a las ovejas y mostrarles que nos importa, cuando Jesús les escuchaba ese momento era vinculante con sus discípulos, “Hijitos ya comieron” es una frase de oro, 3. Extender la mano para la necesidad del prójimo es parte importante y es uno de los elementos que no podemos obviar, no enclaustrarnos en dichos trillados de “Hay que enseñarles a pescar, no darles el pescado” cuando muchas veces tenemos la oportunidad de ser el reflejo de Jesús, siendo respuesta a la pregunta que alguien puede hacer de ¿Cómo hare para subsistir hoy? Cuando ayudar a alguien en el hoy puede convertirse en regalarle de parte de Dios una oportunidad para un mejor mañana.
