Nuestro mundo se nutre de noticias muy serias -casi graves- y también de las otras noticias, de las que se catalogan como de la farándula, aunque el término se relaciona con el ambiente de las personas que se dedican al espectáculo, especialmente al teatro.
Hablamos del cantante Vicente Fernández, mexicano y que no solo cantó la música típica del país, sino que incursionó en las baladas y otros géneros musicales. Su trascendencia lo eleva a la categoría de músico y cantante del mundo, no solo de Hispanoamérica.
Por otra parte, en Israel se llevó a buen término la competencia que eligió a la señorita Harnaaz Sandhu, de la India, como la ganadora del concurso Miss Universo 2021, que celebró este año la edición 70 del certamen.
Dos noticias que los medios de comunicación no vacilan en poner bajo la categoría de sucesos de la farándula, aunque los mismos medios no se detienen a considerar la trascendencia de las noticias y cómo puede afectar a gran parte de la población mundial.
Sí, porque los pocos más de 600 millones que hablamos el español nos sentimos tristes por la partida del charro de México, quien a sus 81 años grabó docenas de álbumes musicales y quien nos emocionó con su voz y títulos como “Entre Nos”, “Mujeres divinas”, “Volver volver” y tantas otras que cantaron y cantamos muchas veces.
Para la India, con sus 1300 millones de habitantes, es motivo de alegría que la joven de 21 años, Harnaaz Sandhu, haya sido la ganadora del torneo que se nos dice, agrupa a las mujeres mas bellas del planeta. Dice ella, que su máxima inspiración para las metas que se ha puesto en su vida, es su propia madre, quien ha roto con el patriarcado del país y quien es una doctora en medicina.
Así que, y, después de todo lo dicho, creo que estas dos noticias conocidas este fin de semana rompen con el tradicional esquema de lo que conocemos como la farándula y se inscriben mas bien en el ideario y sentir de pueblos y naciones que viven y sienten estas noticias como algo muy importante para ellas.
Todos nosotros, seres humanos de países y pueblos que hablamos e identificamos a personas que de alguna manera nos muestran algo distinto de nuestra propia historia no los catalogamos como superficiales cuando también llegamos a creer o sentir como ellos. Forman parte de lo que llamamos nuestra cultura y manera de decir o hacer las cosas. Y en esta categoría ponemos a poetas, cantantes, artistas, políticos, deportistas, profesores, amas de casa, vecinos y todo aquel que dice o enseña algo con lo que nos identificamos.
Sin embargo, los detractores, sí, aquellos que se creen más educados que el resto, siempre están dispuestos a la crítica o a la descalificación. Le sucedió a uno de los apóstoles, quien fue calificado de “palabrero” por los que rechazaban sus declaraciones.
Bueno, tenemos que decir, también que, al mismo Jesucristo, se le opusieron miembros de su familia, ya que un texto dice que ni aun sus hermanos creían en él…
Cosa curiosa, Jesús, el nazareno, participó de fiestas, casamientos, cenas y actividades de su cultura porque creía en un ser humano completo, que podía tener momentos de espiritualidad en que buscaba su conexión con lo divino, pero también momentos de esparcimiento que le identificaban con su esencia humana.
(guillermo.serrano@ideasyvoces.com)
