POR JULY DE SOSA
Este tema es sin duda el más evadido por los padres, pienso que se debe a que en nuestra mente y corazón nuestros hijos siguen siendo niños, y en la mayoría de los casos cuesta admitir que ellos están enterados del tema por medio de la TV, o por sus amigos. ¿No le parece que sería mejor que fuéramos los padres quienes aclararemos sus dudas al respecto?
Más allá de las fronteras que como padres tenemos, está el hecho de que nuestros hijos adolescentes reciben abundantes mensajes sobre el sexo y amor de una forma equivocada estimulando la necesidad de un ¡YA! Recordemos que los medios audiovisuales activan sus sensaciones, además de la cultura y sociedad sensualizada en la que nuestros adolescentes se desarrollan hoy en día.
Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud dice: Que las jovencitas por lo general se inician sexualmente con su primer novio. Y los varones se distribuyen en un 47% con prostitutas, un 42% con novias o amigas y en un 11% con alguien que conocieron ocasionalmente.
Lo importante de conocer este estudio, es preocuparnos porque nuestros hijos no formen parte en ninguno de esos porcentajes. Si no más bien del porcentaje olvidado por la mayoría de la sociedad pero que aún existe, formado por aquellos que tienen una identidad totalmente definida que por amor propio y deseos de hacer las cosas a la manera de Dios para tener el mayor deleite y gozo, con coraje y valor, deciden guardar su primer momento sexual para su noche de bodas.
Esa decisión tiene que ver con amor y no con “pasión” Es sorprendente hoy en día la manera en que los adolescentes, aún aquellos que asisten a la reunión de jóvenes de su iglesia interpretan 1° Corintios 13, románticamente, y no logran percibir el tono de compromiso en sus afirmaciones. El engaño de Satanás es evidente…Si amar es sentir ¿Qué problema hay en tener relaciones sexuales fuera de tiempo, sin asumir las consecuencias, si realmente lo siento? Todo empieza por el intercambio desenfrenado de besos y caricias, solo por el hecho de gustarse. Este comportamiento es motivado por los programas de TV dirigido a los adolescentes, además de las canciones escritas con contenido sexual, sin olvidar los efectos del alcohol que al igual que varones y jovencitas consumen.
De cara a este peligro al que nuestros adolescentes se exponen, tenemos como padres la obligación de orientarles en este tema y hablarles con la verdad de los riesgos que trae la práctica fuera de tiempo de “sexo” disfrazado de amor. Y en vez de proporcionarles un preservativo o píldoras a las señoritas. Necesitamos pedir ayuda a Dios y armarnos de valor, y de la misma forma como los defenderíamos si estuviesen frente a un león o un ratón. Por mucho temor que a nosotros nos den. Debemos equiparlos para la batalla hablando de este tema con ellos, por difícil que resulte, mostrándoles el peligro detrás de la práctica de sexo fuera de tiempo.
¡Dios nos ayude en tan importante misión!
