Carlos Navas.
“Al atardecer de ese mismo día, les dijo: ‘Crucemos a la otra orilla’.
Marcos 4.35
“Crucemos a la otra orilla”, ¿a qué te suena esta frase de Jesús?. ¿Te parece que es una pregunta?, ¿una sugerencia?, ¿estaba pidiendo opinión?, piénsalo, léelo de nuevo, ¿qué sentido o intensión encuentras en esa frase?. En realidad no se requiere tanto análisis, Jesús les estaba mostrando el siguiente punto de la agenda. Era una declaración clara de su voluntad, y déjame decirlo de nuevo, una declaración clara y contundentede su voluntad, y eso se iba a cumplir fuera como fuera.
Pero, ¿qué pasó?. A mitad del camino se levantó una tempestad que hizo tambalear algo más que la barca en la que iban Jesús y sus discípulos, sacudió la fe de aquellos hombres. Se desató el vendaval, y con él, también el pánico de los compañeros del Maestro. El agua entró en la barca y no pudieron más, corrieron a despertar a Jesús. El reporte era caótico: “S.O.S … nos vamos a ahogar” (Mc. 4.39). Jesús se levantó, le habló a la tempestad, y se acabó el problema. Luego se volvió a sus discípulos, había otro problema que reparar: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” (versículo 40). ¿Fe?, ¿en qué?, ¿en qué debemos creer en medio de la tormenta?, como siempre, fe en su Palabra, en lo que Él dijo: “Crucemos a la otra orilla”.
¿Qué te ha dicho Jesús?. Esa palabra es fundamental para tu día a día, y para cruzar esa tormenta. No pierdas tiempo valioso que puedes invertir leyendo la Biblia, y dialogando con Dios en oración, esa Palabra es la base de tu victoria. No prestes atención a esas ideas que te meten en pánico y en la sensación de ahogo. No pasará, porque el Maestro ya te dijo que llegarás a la otra orilla.
Repite en voz en alta: “Estaré bien porque la Palabra de Dios para mi se cumplirá”.
SANA
Movimiento de Sanidad y Avivamiento. AVIVADORES
