“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, Mateo 28:19.
Esa fue la gran comisión, y ese enfoque primario hizo que el Espíritu Santo comenzará a mover a todos los discípulos por Judea, Samaria, todo el Imperio Romano de las regiones cercanas y distantes, y en la medida que el tiempo fue pasando y siendo entregada la estafeta a las distintas generaciones, el mundo fue cambiando.
El cristianismo atravesó etapas donde parecía que el control imperial tomaba determinaciones hacia ellos, donde las estructuras de incidencia religiosa prevalecían unas sobre otras hacía el cristianismo, y así llegamos a nuestros días, es importante establecer que el cristianismo siempre ha sido orgánico, por más estructura que se desee establecer, nunca debe dejar de ser orgánico, la inspiración es aquello que nos permite mantenernos siempre enfocados en lo que somos, y debemos tener mucho cuidado que no muera esa inspiración, al contrario, es importante que todo ser humano revise cuál es su fuente de inspiración. En cuanto a la fe, el Señor estableció 5 ministerios, no solo para las multitudes, no solo para los que estaban en el proceso de ser discípulos, sino también para aquel hombre que decidió un día creerle a Dios y caminar en el agua, aquí es donde debemos recordar que el enfoque mayor es aquella semilla que el Espíritu Santo ha puesto en nuestro corazón sobre lo que debemos de hacer en el reino de los cielos, a unos constituyó pastores, a otros apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros maestros, y de aquí salen tantas ramificaciones que al final tienen que ver con pluralidad del cristianismo.
Desde hace años, se habla acerca de la importancia de las redes sociales, y para todos son importantes, planteándolo como el presente y el futuro, y en efecto es parte de la vida, sin embargo, hay personas que su ministerio no lo ejecutan a través de redes sociales, y no por eso son anacrónicos, están enfocados en lo que hacen, esa es la grandeza del cristianismo. La gran responsabilidad del liderazgo está en poder inspirar para que cada uno se enfoque en aquello hacia lo que siente la pasión, el llamado y lo desarrolle. “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”, Mateo 7:25. La fuerza misma para sostenerse está en lo que se hace, en la vida, en el día a día, conforme al llamamiento recibido de parte de Dios.
El apóstol Pablo es un ejemplo idóneo que se apega a la descripción del desarrollo al llamamiento, y al enfoque, conoció a Jesús años después de los eventos narrados en los evangelios, y lo conoció inicialmente en una experiencia hacia Damasco, donde escuchó la voz de Dios, dando su vida un giro, recibiendo un llamamiento directo: predicar a los no judíos, a todos los gentiles, que fácil hubiera sido para el por la influencia que Pablo tenía poder acercarse a distintos grupos judíos para compartir el evangelio, pero el llamado de Dios fue ir a los no judíos, y eso hizo que se embarcara y tuviera no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro viajes conocidos, que duraron largo tiempo para que el sembrara la semilla, de la cual todos los que no tienen raíces judías en la sangre, en las venas, hoy se puede estar agradecido. Pablo estuvo enfocado, y tuvo problemas, “Pero vinieron algunos judíos de Antioquía y de Iconio, y habiendo persuadido a la multitud, apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto”, Hechos 14:19. Cualquiera hubiera pensado que tales sufrimientos son suficientes, que era mejor regresarse a Jerusalén.
Ese enfoque hizo que mantuviera su rumbo, y le permitió saber que su cosecha sería más grande que su propia vida, y así es como él establece este principio, de vital importancia para el presente, de no desenfocarnos en tantas cosas, que pueden ser interesantes, atractivas, emocionantes, pero no es lo que Dios nos llamó a hacer.