Ciertamente vivimos tiempos de crisis en los cuales se deben construir consensos con todos los sectores y fuerzas vivas de país, para desarrollar una sola visión y combatir así a los verdaderos enemigos que tienen al país estancado, como; la ausencia de equilibrio entre la prevención y la productividad, la carencia de unidad, la falta de oportunidades financieras para; el artesano, el vendedor ambulante, el comerciante, y el resto de salvadoreños que pertenecen al sector informal, que ya comenzaron a vivir los estragos de no poder llevar el alimento a sus hogares.
En mi opinión creo que el señor presidente, tiene en sus manos una oportunidad de oro, para construir consensos en la que incluya, economistas, financieros, productores locales, artesanos, médicos, epidemiólogos y comerciantes, entre otros, para construir el mejor plan de prevención que no descuide la parte productiva, ya que el sistema de salud se sostiene con la economía y no al revés, la vida es importante, pero su existencia depende del alimento, por ello no concibo lo exacerbado de la prevención en detrimento de la productividad.
De manera que la coexistencia de la económica con la prevención es vital para la sobrevivencia en El Salvador, de modo que una no subsiste sin la otra, para ello se requiere que personas doctas en la materia puedan coadyuvar en este contexto, siempre y cuando el presidente esté dispuesto a escuchar el consejo de ellos, incluyendo los que disiente con su gestión, ya que es fácil gobernar sin oposición, pero el arte de gobernar requiere construir consensos con todos los sectores y hacerlo con excelencia, porque ahí se encuentra la gloria.
Cuando David (1040 antes de Jesucristo), estaba siendo coronado Rey en todo Israel, vivía una de los momentos más gloriosos de su vida, según el relato Bíblico narrado en 1 Crónicas 12.32. dice que “De los hijos de Isacar, había doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos” Así que, dentro del gobierno de David, estaban los que pertenecían a su ejército, los valientes de David, los profetas y los sabios que eran entendidas en los tiempos.
Esto era así para equilibrar el poder, para que el Rey David, no dirigiera la nación de Israel, arbitrariamente, de modo que aprendió a escuchar consejos de los sabios, de tal suerte que no todos estaban de acuerdo con las malas decisiones que tomaba David, como; censar al pueblo o el asesinato de uno de sus generales, para quedarse con la esposa de este, ante ello fue duramente reprendido, sin embargo David, tenía grandes cualidad que necesitan los líderes de hoy, reconoció con humildad sus errores y se humillo ante el Dios de Israel.
En consecuencia, como país estamos atravesando una crisis de proporciones incalculables, que únicamente la podremos superar confiando en el Dios de Israel, y trabajando en unidad, desarrollar humildad de parte de todos las personas que toman las decisiones y reconocer que no se podrá enfrentar la crisis como “Llanero Solitario” ya que la democracia demanda pluralidad de ideas, propuestas y soluciones, para paliar la crisis económica que está desbastando a millones de salvadoreños que su fuente de ingresos está destruida.
Por ello es importante que además de colocar a la cabeza de la crisis a las mejores mentes del país, es fundamental que se infunda aliento y esperanza y que los salvadoreños comprendamos que toda crisis: tiene una solución, una fecha de caducidad, nos permite desarrollar la paciencia, obliga ordenar las prioridades, y nos proporciona la oportunidad de ser solidarios con los más necesitados, aquellos salvadoreños que no tienen un techo, como los mendigos y las mujeres que deambulan por las calles con sus hijos de pecho, que no tienen donde vivir.
“A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar” (Proverbios 19:17)
