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miércoles, abril 24, 2024

La oración modelo de Jesús (novena parte)

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DEPENDIENTES DEL REY

En una hermosa mañana, me encontraba en la oficina de mi esposo. Estaba ahí sentada, pidiendo a mi Padre que me iluminara para poder compartir sobre Su bondad. En la oficina está cultivado un jardín hermoso, frondoso, formado por bellas plantas, y al centro una impactante palmera. Recordaba que juntos con Mario, iniciamos ese jardín, comprando esa palmera muy pequeñita, pero ahora después de algunos años, ésta se ha vuelto grande y bella. Exaltaba a Dios porque hasta las plantas, los lirios del campo, los animales pueden alimentarse por la bondad de Dios… y por cómo les provee alimento. Por ejemplo, a las plantas las alimenta haciendo que caiga agua del cielo, haciendo que los rayos solares las fortalezcan para luego permitir ese color verde intenso. Así también nuestro Padre nos provee cuando le pedimos sinceramente.

Existen dos clases de necesidades: El pan de vida como alimento espiritual y también el pan para nuestras necesidades.

A. El pan de vida como alimento espiritual

Tú y yo necesitamos pedir primeramente por el pan espiritual para nuestras vidas. ¿Qué es eso? Significa que debes clamar prioritariamente por el pan que sacia el alma, en la cual buscarás esa fuente de donde vendrá tu plenitud, en la que está involucrado tu crecimiento espiritual, y por eso debes pedir al Padre que de tu interior broten ríos de agua viva.

Cuando tú empiezas a tener una profunda e íntima relación con Él, observas como se llena tu ser, como Él empieza a ser tu sustento, cómo va llenando esas necesidades que nadie más puede llenar, ¡nadie más!. Por ejemplo, las mujeres, estamos propensas a buscar ser amadas por alguien, a ser aceptadas y que nos ayude siempre, pero el orden correcto es buscar primero el amor de Dios y luego el de nuestro cónyuge.

Como te he comentado, a mis 18 años era una joven en busca del amor de mi vida, y también de la amiga perfecta, y como no encontraba ninguna de estas dos cosas, me sumergía en las cervecitas y los cigarros. Cada fin de semana para mí era una alegría visitar a mis primas, que eran mis compañeras de parranda, así es que íbamos a cualquier fiesta que se nos presentara, llenas de muchas ilusiones. A veces conocía a alguien, pero por una u otra causa, aquello no prosperaba. En mi ser interior me embargaba la tristeza, aquella desesperanza de verme sola y entonces buscaba el refugio en estos deleitosos y engañosos amigos.

Empezaba sintiéndome alegre, radiante, y terminaba sumergida en un baño de lágrimas, frustrada, opacada. Esto no llenaba mi vida, era una ilusión y alegría pasajera. ¡Con esto nos engaña el enemigo! Ahora, veo el pasado y doy gracias al Padre, quién envió a Su Hijo a rescatarme. Solo Dios pudo calmar mi sed y llenar mi vacío.

B. Pidiéndolo en constante clamor al Dios Viviente

Te doy un ejemplo de como hacerlo, basado en Proverbios 3:

“Señor, que nunca me olvide de Tu ley, y que mi corazón guarde Tus mandamientos. Padre te ruego que nunca se aparte de mí la misericordia y la verdad, átalas a mi cuello y escríbelas en la tabla de mi corazón, para hallar buena gracia y opinión ante Ti y ante los hombres. Señor que pueda fiarme de Ti con todo mi corazón, no dejes que me apoye en mi propia prudencia. Padre, te ruego que te reconozca en todos mis caminos para que tú endereces mis veredas. Señor que no me crea sabio en mi propia opinión, sino que te tema a Ti y me aparte del mal”.

Tenemos grandes promesas de que cuando nuestro objetivo principal, sea la dependencia en El Señor, al pedir el pan espiritual, todo lo demás vendrá por añadidura siendo cuidadosos de Su voluntad. Estas clases de peticiones, Dios las responde inmediatamente, por esto Nuestro amado Jesús nos enseña a orar “El pan de cada día dánoslo hoy”.

Mateo 6:33

“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura”

Cuando le pidas al Creador, por favor ten cuidado de no solo pedir con interés de recibir “todo lo demás”, ¿Y qué tal si tu corazón lo está haciendo por un motivo interesado y no por agradarle a Él? Pues díselo al Señor con toda sinceridad, pide su intervención para que cambie tú imperfecto corazón. Él te ayudará y hará que tu ser, tu mente, tu corazón, lo estén pidiendo genuinamente.

Recuerda que debes orar, pero también actuar para alcanzar tu pan espiritual; por ejemplo, si le pides andar en santidad, empieza a tratar de hacerlo en cada pequeña área de tu vida. Al principio será difícil, pero poco a poco verás como la tierna mano del Padre irá haciendo esos cambios en ti, a través del Espíritu Santo.

Con el amor de Cristo,

Helen

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