una palabra de aliento la anima.” Proverbios 12.25
¡Qué difícil es experimentar ansiedad en nuestra vida! Y tal parece que llevamos
varios meses en modo “ansioso”. Dios reconoce por lo menos dos vertientes que nos
preocupan mucho en el día a día: Número 1. ¿Qué comeremos? Número 2. ¿Qué
vestiremos? La primera apunta a la necesidad de provisión y la segunda a la
necesidad de seguridad. El Señor nos conoce muy bien y sabe que esas
preocupaciones válidas nos pueden llegar a postrar. Por ello es muy importante
recibir una palabra de aliento, la necesita el que se preocupa, la necesita el que ha
tenido una pérdida, la necesitamos todos. Él nos anima: “¿No es la vida más que el
alimento y el cuerpo más que el vestido?” Recibe sus palabras de aliento y
compártelas con los que están a tu alrededor. ¡Vive con sabiduría en acción!
