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lunes, noviembre 25, 2024

Humildad y cobertura

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Éxodo 4:18 “… y le dijo: Te ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están en Egipto, y ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz”

Bueno, esto no le va a gustar a ciertos hombres que dicen que son de Dios, porque cuando se habla de humildad y de buscar una cobertura que les ayude en sus decisiones, en su vida ministerial, que ore por ellos, a quienes ellos le rindan cuentas y que se humillen aceptando autoridad sobre ellos, porque siempre han creído que su autoridad es Cristo. No tienen por qué reconocer  a ningún hombre como autoridad.

No estoy hablando de lo que hoy está de moda: los apóstoles de la iglesia. Aunque no quiero entrar en esos detalles si creo o no en ellos, no me interesa tocar ese tema. Aunque quizá sea oportuno preguntarle a un apóstol de los nuevos, ¿quien es su cobertura? ¿Quien lo supervisa? ¿A quien le rinde cuentas? ¿A quien le entrega sus diezmos? Bueno, dejo eso allí, los respeto y con eso basta. Estoy hablando de pastores que son lobos solitarios, que no reconocen ninguna autoridad sobre ellos y por lo tanto, se vuelven autócratas y señores de sus congregaciones.

Vayamos a Éxodo 4. Moisés ha visto esta zarza ardiente y ha hablado con Dios. Está descalzo; él está parado en tierra santa; ha visto dos milagros. Ahora Dios le da la tarea de volver a Egipto; y ahora el anciano de 80 años está a punto de emprender el viaje de su vida y entrar en los anales de la historia cristiana.

Ahora, lo que me interesa es que en el momento en que deja ese monte, Moisés comienza a hacer todo bien. Permítame leerle esto. “Se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz. Dijo también Jehová a Moisés en Madián: Ve y vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los que procuraban tu muerte” (Éxodo 4:18-19).

Yo creo que este pasaje es significativo. Pienseen esto: Moisés habla personalmente con Dios. Él oye la voz de Dios. No hay duda de esto; ha visto los milagros de Dios en el desierto antes incluso de ver las diez plagas en Egipto. Incluso después de oír a Dios, aun así lo presenta a su liderazgo. Recordemos que Moisés está bajo la autoridad del sacerdote de Madian. Moisés  va a Jetro y le dice: “¿Aprobarías que yo vaya?” Jetro pone su sello de aprobación en este llamado. Note lo que sucede aquí. Una vez que Moisés hizo esto, el Señor le dio más instrucciones.

¿Por qué Dios esperó hasta que Moisés tuvo la aprobación de su líder para darle más instrucciones para su camino a Egipto? Creo que la respuesta cae por su peso: Dios espera que todos nos sujetemos a alguien. Que rindamos cuentas de lo que vamos a hacer o algún proyecto que tengamos en mente para que estemos cubiertos por alguien a quien consideremos superior a nosotros mismos. Eso es humildad, mis queridos pastores y apóstoles.

Piense en eso por un momento. Muchos de nosotros hemos oído menos, hemos pensado menos y vamos por nuestra cuenta y nunca recibimos ninguna confirmación de las personas que Dios ha puesto sobre nuestras vidas. La razón por la que eso es difícil es que nos movemos tan fácilmente para hacer algo sin ninguna responsabilidad. Tantas personas hoy salieron pero nunca fueron enviadas. La mayoría de las personas se quedan sin instrucción completa porque no la sometieron al liderazgo.

Por eso dice la Escritura: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta” (Hebreos 13:17) y: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios… Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efesios 5:15, 21).

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