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jueves, febrero 13, 2025

Un romance inevitable

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Por el Pastor: Pai Otoniel Alvarado|

Iglesia: Lirios del Valle Central

El rey de reyes caminaba en las calles de Jerusalén, los ángeles del cielo celebraban el cumplimiento del plan redentivo para la humanidad, soñado en el cielo y diseñado desde la fundación del mundo.

La gente recibía su luz mientras él los miraba y les hablaba cada día en su paso por la tierra. Pero el infierno temía.  Satanás y sus demonios temblaban con solo imaginarse que el hijo de Dios caminaba entre los hombres.  Todas las áreas de influencia del reino de las tinieblas comenzaron a tambalear. Muchos poseídos por espíritus inmundos eran liberados. Incluso aquel que tenía más de tres mil demonios adentro, puesto que se hacían llamar legión. No había poder que resistiera la excelsa gloria del buen pastor.  

Cojos, ciegos, mudos, leprosos e inclusive muertos resucitaron y fueron sanos. Un poder sin límites se estaba revelando por primera vez a la humanidad. Así que frustración, miedo y derrota vino sobre todo el sistema de gobierno de la oscuridad.  Y desde esos días, no han podido recuperarse.

 Jesucristo selló nuestras victorias en la cruz del calvario para siempre.  Así que aquel que le recuerda la derrota al mismo satanás se convierte en más que vencedor en Cristo. Viviendo el sueño del cielo al recuperar el domino de Dios a través de sus hijos que se perdió por el primer Adán, pero que el postrer adán lo volvió a recuperar. Cada vez que adoras, oras y hablas de Dios, azotas al reino de las tinieblas, y formas parte de la pasadía más temida por los enemigos de Dios.

Recordemos el origen de nuestra victoria. Recordemos siempre aquella tarde nublada, donde se escuchó al Rey de Reyes decir: Tetelestai

[Juan 19:30] La palabra tetelestai viene del griego y significa: consumado es…

Esa fue la palabra que nuestro amado rey Jesucristo dijo desde la cruz. sellando así la eterna victoria heredada a todos sus hijos amados.

“más el herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” [Isaías 53:5]

Esa gloriosa consumación, fue tejida con la piel perforada de Jesús y teñida por la brillante tinta carmesí de su sangre, para envolver y arropar a todo el que se lo pida y lo busque. El consumado es, firmo nuestra salvación, nuestro perdón y nuestra eterna felicidad a través de Jesucristo. Así que no necesitas alcohol, drogas, placeres inmorales, ni ningún tipo de recurso humano para ser feliz, solo a Cristo.

Allí en esa cruz, empapada con el torrente sanguíneo del cordero perfecto. Se escribió en las estrellas un tetelestai por ti y por mí. Allí se gravó en el polvo de la tierra, y en las arenas del desierto y del mar, la expresión total de su obra redentora por todos nosotros. Y se escribió en el libro eterno para que siempre podamos accesar a tan divida bendición. Por lo tanto, proclamamos tetelestai en contra de la enfermedad, el dolor, la soledad, el fracaso, la oscuridad, la maldición, el pecado y sobre cualquier cosa existente.  Por lo tanto, sentencia de victoria viene sobre todas las cosas a través de Jesús. Porque el ya ganó, y si el ganó nosotros también ganamos a través del eterno y siempre vigente tetelestai el cual es el definitivo consumando es…

Cuan grande es el amor de Jesucristo por nosotros. Es como un romance que no podemos evitar.

[Juan 20:15} El amado de nuestras almas, es aquel hortelano que sale a laborar muy temprano en la mañana, el jardinero sabio que sabe podar nuestras ramas, el agricultor perfecto que conoce la fórmula para hacernos fructíferos mediante el poder de su resurrección. Él es el hortelano que ministra vida en medio de sepulcros, el que nos imparte su espíritu de resurrección para todas las áreas de nuestras vidas. El que te anuncia buenas noticias cuando piensas que todo acabo, el que te devuelve el gozo con solo mencionar tu nombre. Ese hortelano quiere ser el guardián del jardín de tu corazón. Amalo y síguelo por el resto de tu vida.

¿Cómo no amarlo? ¿Cómo no darle nuestro corazón? ¿Cómo evitar adorarlo, servirle y vivir para él? Definitivamente, la historia entre nosotros y Jesucristo se llamaría: un romance inevitable…

[Para más reflexiones, visita nuestro canal en YouTube: Pai Otoniel Alvarado o Contáctanos al 503- 2253-1529]

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