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martes, abril 23, 2024

El dolor (Parte II)

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Yo no se que Biblia leen los que predican solo super fe, prosperidad, empresariado,
empoderamiento, y que todos los cristianos deben ser emprendedores y gerentes de alto nivel.
Que si alguien se convierte a Cristo y lo recibe como su Señor ya no tendrá que sufrir ni pasar
momentos de dolor. “Venga a Cristo y verà como su vida empieza a ser un valle de rosas y
caminos de algodón”, les ofrecen. Pero eso es utopía.

Porque la Biblia que yo leo, me muestra otro perfil de las gentes que vivieron antes que
nosotros y que alcanzaron cimas brillantes en el Señor pero a base de llorar, de lágrimas,
vituperios y de ser avergonzados.

Claro que si esto lo lee uno de los discípulos de esos maestros de la super fe, no le agradará
en lo absoluto saber que la Biblia es un libro de gente lastimada, gente adolorida, que sufrieron
momentos de angustia, depresión, traumas y persecuciones injustificadas.

Uno de mis maestros me enseñò algo: “Pastores, traten de leer la Biblia con ojos nuevos”,
cuando estudiamos la materia sobre los fariseos. Ellos habían leìdo la Ley de Dios con ojos
viejos, de tal manera que cuando aparece Jesus no comprendieron nada de lo que Èl les quiso
enseñar. Estaban acostumbrados a su propia interpretación vieja de la Escritura y no aceptaron
la explicación que el mismo Dios les enviaba. “Oísteis que fue dicho, pero yo os digo”. Es aquí
en donde yo me veo reflejado en cada uno de los personajes que han quedado plasmados en
la Escritura para mi enseñanza, mi exhortación y edificación. Si ellos pudieron salir adelante en
medio de sus tragedias, yo también puedo y debo hacerlo.

Cuando veo a David perseguido injustamente por su suegro Saúl. A Noé emborrachándose
después del diluvio. A Ruth metiendose de madrugada en la cama de Booz, a Esther siendo
utilizada para mostrar su belleza. Fueron personas que transitaron por momentos de dolor, de
humillación y de vergüenza. Personas que la Biblia los muestra en sus momentos màs
oscuros pero fue allí precisamente en donde aprendieron a escuchar la Voz de Dios. Nos
asombra que fueron personas parecidas a nosotros que en un momento estamos viendo la
Gloria de Dios y en el segundo siguiente estamos -como Abraham- acercándonos a Hai, un
lugar de basura. Y es que no nos enseñan que cada uno de nosotros tenemos un poco de
David, de Noé, de Esther y de Ruth, pero también tenemos un buen poco de Jesus. Por eso
podemos hacer obras dignas de aplausos, pero también obras que avergüenzan al màs santo.
Para que la Gloria sea solo para el Señor. El dolor de ser imperfectos es lo que muchos quieren
evitar tratando de parecer muy justos. Eso es fariseìsmo mis amigos. Y Dios lo sabe. Y ahora lo
sabe usted. “Cristo en mi, la esperanza de Gloria”.

Cuando leemos la Biblia con ojos nuevos veremos a toda esta galería de héroes viviendo valles
de sombras, valles de muerte, veremos a una mujer hacendada y poderosa financieramente,
amiga de políticos y gobernadores de su pueblo sufriendo tremendamente la muerte de su
pequeño hijo. Ni su dinero, posición o amistades podían ayudarla. Ella lo sabìa. Fue por eso
que acudió al único que podía sacarla del momento oscuro que estaba atravesando. Fue al
profeta. Sabìa que su dolor y su angustia no tenía solución humana, solo divina. Y no había
nadie màs que èl en aquel momento. Y el milagro se hizo. Pero ella comprendió que ser una
persona de influencia social no la eximía de sufrir el valle de muerte que estaba atravesando.

¿Por qué entonces creemos los cristianos tenemos derecho a sublevarnos a la Voluntad de
Dios cuando nos permite pasar por momentos como los actuales, en donde no se puede velar a un muerto de la familia, ni siquiera ir a su entierro como antes lo hacíamos? ¿Por qué culpar
a Dios por este momento de crisis moral que estamos viviendo? Creo que la respuesta la
encontramos en que nos han enseñado un evangelio de promesas que no son bíblicas.
Se nos ha olvidado que Jesus dijo que en el mundo tendríamos aflicción y dolor pero que
podemos confiar porque Èl ya lo venció. Cuando pases por el fuego no te quemarás. Eso
quiere decir que habrá momentos de fuego en donde las llamas amenazaran nuestro bienestar
y nuestra seguridad. La vida es dolorosa, mis amigos. A casi nadie le gusta hablar de esto ni
mucho menos escribir porque todos queremos el espejismo de creer que una vez nos
entregamos a Cristo ya no tendremos llagas que supuran el pus de la angustia.

Jesus dijo todo lo contrario. Es por eso que debemos ser pragmáticos y saber que aun en
medio de nuestra salvación pasaremos momentos como David, como Abraham, como Jesus.
SOLI DEO GLORIA

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