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miércoles, abril 24, 2024

No pierdas tu santidad

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Por July de Sosa/Ministerio Cristo Como Pastor-CCPAS
La palabra escrita de Dios llama santos a todos los creyentes que por la sangre de Jesús han sido justificados y reconciliados con Dios el padre, esta nueva vida la que por voluntad propia hemos escogido los cristianos, requiere de cambios significativos en nuestra mente y corazón, para lograr que nuestros hechos sean agradables a Dios; a esto se le llama “vivir en santidad” para este fin hemos sido santificados que es igual a decir apartado, separado o consagrado a Dios, tener una relación de obediencia con ÉL es lo que permite una transformación en nuestro interior. El llamado a la santidad no es solo para los maestros, pastores, evangelistas u cualquier persona que ocupe un cargo dentro de la congregación, sino para todos los creyentes, porque todos somos llamados a vivir en santidad según el modelo de Cristo (Efesios 1:4)
Las diferentes presiones que vivimos nos pueden llevar a perder parte de esa santidad y la libertad con la que Cristo nos hizo libres (Gálatas 5:1) el versículo termina con una sugerencia de no volver a estar sujetos a yugos de esclavitud, que es igual a perder la santidad. Todos tenemos una historia diferente acerca de donde nos rescató el Señor, las prácticas que tendían lazo de esclavitud a nuestro cuello, como el consumo de algún tipo de drogas como el alcohol, cigarros, polvos inalados o inyectados, pornografía, práctica de sexo a solas o, de manera casual con distintas parejas, etcétera. Si usted no fue rescatado de esto porque no eran sus cadenas, de algún otro tipo de peligro fue sacado. Lo cierto que cuando vivimos a nuestra manera somos presa fácil de lo que nos perjudica y nos mantiene en zona de pecado, por esta razón es que todos necesitamos a Dios como nuestro libertador y mantener una relación cotidiana con ÉL. Ya que el enemigo de nuestra alma nos anhela y desea volver a tener control en nosotros, para eso usará momentos de frustración, dolor, angustia, desesperación y más, para volver a poner yugo de esclavitud con alguna tentación como las descritas en el libro de Gálatas, adulterio, fornicación, lujuria, idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, razón por la cual el apóstol Pablo amonesta diciendo: No satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el deseo del Espíritu es contra la carne, y estos se oponen entre sí Gálatas 5:16-17.
Si usted ha perdido un poco de santidad y está practicando algo de lo mencionado u cualquier otra cosa que usted sabe no le es de provecho, me atrevo a sugerirle que haga un alto piense y decida alejarse de allí, busque a Dios en oración descubra su pecado con ÉL, arrepiéntase y pídale su ayuda. Le aseguro que Dios restaurará la santidad en su corazón.
Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Hebreos 2:1-3.

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