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viernes, abril 26, 2024

¿Qué te impide orar? «Falta de conocimiento»

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“Falta de Conocimiento”
Barrera número 8

Esta barrera está relacionada con tu nivel de conocimiento bíblico sobre la oración. Este es un enemigo que defino como primario, ya que podría estar involucrado el orgullo, como cuando intencionalmente no busco conocer más de la oración porque creo saber todo sobre ella. Cuando no te esfuerzas por entender el verdadero valor y trascendencia de la oración, no podrás tener un incentivo para llegar hasta el Dios de la Gloria, y no podrás experimentar esa relación tan hermosa con Él.

Quitemos de nuestra mente ese torpe estribillo: “Yo conozco suficiente de la oración, no necesito saber más, otros sí lo necesitan”. Cuanto más profundices sobre ella, sus beneficios, la manera correcta de como orar, etc., podrás aumentar tu interés en orar y, sobre todo, experimentar la maravilla de Su obrar en tu vida.

Muchas veces no nos damos cuenta de que tenemos ataduras relacionadas a pecados ocultos, eso aumenta nuestra falta de interés por conocer más sobre la oración, debido a que nos ocasiona una ceguera y sordera espiritual. Estoy convencida que, en la inmensa mayoría de veces, no nos interesa orar porque en realidad conocemos muy poco sobre la oración, como cuando no probamos un manjar delicioso o un nuevo artefacto tecnológico, sencillamente porque no sabíamos nada acerca de ellos antes.

Si conozco los beneficios de orar, ¿cómo será posible no interesarme por practicarla?

El Señor me permitió aceptar con humildad mi ignorancia sobre la oración, y me brindó la oportunidad de entender, comprender y discernir más sobre ella. Lo hice aprovechando todos los recursos a mi alcance: lectura de la Biblia y de libros cristianos, que me conectaban con pasajes claves acerca de la oración y me mostraban a héroes de la Fe en situaciones de dependencia absoluta por medio de su clamor al Padre Eterno, ante circunstancia difíciles o imposibles de vencer con sus propias fuerzas; cursando estudios bíblicos bajo el método inductivo. Lo cierto es que una iglesia que no se postra primero al Señor, y sólo ejecuta estrategias, planificaciones, eventos y organizaciones, jamás tendrá las bendiciones esperadas en sus ministerios, ya que clamar es un acto de Fe y Humildad.

Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”

El desconocimiento se genera por no ver a la oración desde una perspectiva de reflexiva humildad y sumisión al Señor Jesús. Esta barrera no te permitirá experimentar una verdadera relación de intimidad con el Rey de Reyes; ello porque al contentarte con un conocimiento superficial de la oración, hará que tu caminar en la vida cristiana sea rutinario.

Perderás, entonces, ese recurso invaluable que Él ha dejado para nosotros y, al no conocer de ella, la desvalorizarás inconscientemente y, debido a ello, permanecerás atravesando sendas de desolación, sufrimiento y frustración.

La oración ha sido un recurso fundamental en mi vida, es una herramienta que el Creador la ha convertido en una necesidad en mi caminar espiritual. Como David lo experimentó, tú también podrás experimentar plenitud de gozo y delicia al estar en la presencia del Padre.

No aprender más de la oración, nos convierte en cristianos negligentes, ya que no existe ni la más mínima posibilidad de que lleguemos a conocer a plenitud todo lo que Dios nos ha revelado en las Escrituras, a través de nuestra mente finita. Todos los días podemos aprender algo nuevo en Su Palabra, porque el Dios de las eternas misericordias nos seguirá perfeccionando hasta que Jesús vuelva. La llave para esto es la ORACIÓN.

Debemos ser intercesores genuinos, humildes y conocedores de las maravillas que logra la “oración eficaz del justo”. En la medida que conozcas más sobre como la presencia de Dios puede llenar tu existencia y reconozcas las barreras que impiden que tengas una comunicación fluida con el Altísimo, empezarás a deleitarte cuando te encuentres “cara a cara” con el Padre Celestial.

Te invito a que impulses el “interés” sobre la oración entre quienes te rodean, empezando contigo mismo, ya que nunca se termina de aprender.

Con el amor de Cristo,

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