¿Quiere usted impactar la vida de alguien? ¿Quiere dejar huella en esa vida que perdure por mucho tiempo?
Haga algo bueno por esa persona.
Ámela sin que se lo pida. Comparta un bocado de pan cuando tenga hambre. Déle ropa que cubra su desnudez. Hágale saber que es importante para usted. Ese es el secreto para impactar vidas. Pasamos por esta vida esperando que algo suceda para nuestro bien. Que algo suceda para aumentar nuestro bienestar y nuestra comodidad. Pero muy pocos se esmeran en arrancar una sonrisa de un rostro mustio. De romper el hielo en un carácter frio y calculador. Pocos se atreven a dar un paso al frente y decirle al que los ofende: Te respeto, te amo y quiero que lo sepas. Solo porque si.
A Oseas se le dio una orden que a simple vista parecía ilógica. Pero es que lo ilógico de Dios es lo que lo hace ser Dios. ¿A quién se le ocurre decirle a un profeta, hombre consagrado a servirle que vaya y se case con una mujer vulgar, callejera, que vendía su cuerpo al mejor postor? Solo a Dios. Por eso es Dios. Y Oseas, muy a su pesar obedece. Ella le engendra dos hijos y luego, pasado el tiempo, se vuelve a la calle en busca de sus antiguos amantes. Todos esperamos que Dios deje a Oseas tranquilo y que crie a sus hijos sin problemas de esposa. Pero no sucede eso. Le vuelve a decir: Anda, bùscala y la vuelves a traer a tu casa, la bañas, la alimentas, le quitas las garrapatas (esto es mío), le cortas las uñas sucias de sus pies, la consientes y la vuelves a amar. ¿Difícil de cumplir? ¡Si!, ¿imposible de obedecer? ¡No! Porque la Voz de Dios es tan fuerte y segura que no hay manera de negarse. Gomer es rescatada y redimida por un hombre valiente que se atreviò a darle amor a quien no lo pedía ni esperaba.
Mmmmm ¿Acaba aquí la historia? No. Porque a usted y a mi se nos ha pedido que amemos. A usted se le ha pedido que ame a su esposo así como èl es. Con sus defectos y sus garrapatas (esto vuelve a ser mío), que lo bañe de misericordia y respeto. Que lo acepte así como èl es. A nosotros los hombres se nos pide que amemos a nuestras esposas tal como son. Que las ayudemos a cambiar, a dejar esas cosas que traen pegadas a sus almas y que les afectan sus conductas. Que les demos la ternura y el servicio que necesitan para sentirse amadas.
Eso es lo que impacta las vidas. No las palabras solas, las palabras màs los hechos.
SOLI DEO GLORIA