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miércoles, noviembre 27, 2024

Piedra o esponja

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Gènesis 39:3 “Y vio su amo que el SEÑOR estaba con él y que el SEÑOR hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía”

Josè, el hijo de Jacob y quien era un escogido por Dios desde pequeño para ser un instrumento de bendición y alto impacto en las vidas de aquellos que se habían de cruzar en su camino, hoy ha sido vendido a un oficial de Faraón de Egipto.  Después de examinarlo, analizarlo y pagado el precio que pedía el mercader de esclavos por èl, fue llevado como siervo de Potifar. Aquel soñador de sueños, aquel a quien Dios había favorecido con mostrarle el futuro de su tierra y su familia, ahora está siendo esclavizado y puesto en el lugar màs bajo en la escala social.  Era príncipe. Tenía realeza y abolengo. Pero en este momento es un esclavo màs en entrenamiento para lo que vendría después.  Josè no sabe hasta donde lo llevará su Dios.  Solo sabe que todo está en su Voluntad. Todo. Incluyendo la tentación de la esposa del dueño de la casa.

Pero Potifar vio algo que no había visto nunca en sus otros esclavos.  Que el Favor de Dios estaba con su esclavo. Todo lo que aquel joven tocaba era prosperado. Su casa ahora gozaba de paz interior, había como una luz que iluminaba lo màs recóndito de su hogar.  Y esa luz emanaba de la vida de aquel joven extranjero. Y le gustó lo que vio. A la esposa también pero con otras intenciones.  ¿Cual fue el secreto de Josè para que Dios estuviera con èl aun en medio de su esclavitud?  Que mantuvo su fe en sus promesas. Dios no le iba a fallar nunca. Josè estaba seguro que cada dìa que se levantaba a orar al Señor Èl le respondería un dìa. Se sumergía en su oraciòn íntima con su Señor esperando el momento de su liberación. Cada madrugada Josè se sumergía en la Palabra de su Dios y se empapaba de ella para mantener la calma y la fe durante cada dìa.

Si usted tira una piedra en el agua, al poco tiempo cambiará su color y su textura, pero por dentro seguirá estando tan seca como siempre lo ha sido por la dureza de su naturaleza.  Si usted sumerge una esponja en el agua, también cambiará de color pero absorberá  toda el agua que pueda hasta quedar empapada.  Hay corazones de piedra y corazones de esponja. Los hermanos de Josè tenían corazón de piedra. Fueron duros, ingratos, indiferentes al dolor de su hermano.  Josè tuvo un corazón de esponja. No importaba en donde se encontrara, siempre hacia algo en bien de su prójimo. Siempre buscaba en donde exprimir el agua de la Presencia de Dios que tomaba cada dìa de su Palabra. Usted decide: Corazón de piedra o corazón de esponja. Nadie lo puede hacer por usted.

SOLI DEO GLORIA

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