En las últimas semanas he visto como a través de los distintos noticieros nacionales ya están casi finalizadas las listas de candidatos a participar en las elecciones de diputados y alcaldes en El Salvador para el 28 de febrero de 2021.
Es sorprendente ver dentro de todas las listas de los institutos políticos e independientes encontrar una cantidad alta de candidatos cristianos evangélicos que están participando. Es normal que exista un sesgo ideológico, de acuerdo a la estructura partidaria, sin embargo quiero llevar a consideración algunos elementos necesarios que debe tener el postulante cristiano evangélico:
- Hombres y mujeres con valores y principios: más allá de la bandera o el partido a través del cual están compitiendo, las personas con valores son aquellas son temerosas de Dios, que no piensan en hacer daño al prójimo, que no tienen el ADN de mentir, ni engañar, tampoco actúan de forma inapropiada y a su vez poseen un testimonio intachable.
- Tienen una vida fundamentada en la fe cristiana: no solo deben ser cristianos profesantes sino también practicantes, es decir que se congregan, participan del que hacer de una iglesia, son obedientes a sus autoridades eclesiales, trabajan y están comprometidos con la labor de la iglesia.
- Visualizan un cargo público como una oportunidad de servir y no de servirse: el fin de un cristiano al llegar a una diputación o alcaldía es sumar propuestas y soluciones a la población, están preocupados por la superación de las personas y ven la función pública como la palestra a través de la cual pueden resolver y beneficiar a los habitantes.
La iglesia y el estado son 2 cosas que no se mezclan, está establecido así por ley en nuestra Constitución de la Republica, sin embargo, es agradable ver cuanta participación de cristianos existe, la iglesia debe estar al margen del ruido político electoral, la iglesia no debe participar abanderando candidaturas de una manera directa, eso no resta que en estos tiempos de cambio que nos ha tocado vivir, muchos pastores se sientan dichosos de ver a miembros de su congregación que han sido parte de la escuela dominical, activos en ministerios de alabanza u otra área de servicio dentro de la iglesia, y que ahora ese espíritu de servicio sea trasladado hacía un nuevo campo de acción.
Si un pastor tiene incidencia o influencia en personas que han tomado decisión de participación política, debe motivárseles a mantener los preceptos bíblicos, valores y principios. Al momento de legislar o dirigir una comuna, cuando deban tomar decisiones tengan la valentía de decir no a aquellas cosas que van en contra de Dios: El derecho a la vida, la relación hombre y mujer, la protección hacia la niñez, el huérfano, la viuda, no aceptar co hecho o soborno, a mantener firme su posición y convicción, tanto en lo privado como en lo público.
“Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra. Pero cuando los perversos están en el poder, el pueblo gime” Proverbios 29:2
