Muchas veces puede parecer que la juventud no está lista, pero, tarde o temprano ingresa en un tiempo de criterio lógico, creo que la generación milenial y centenial está preparada para enfrentar los desafíos presentes, sus principios y valores han sido bien fundamentados por sus pastores y sus lideres.
Las nuevas generaciones han tenido que romper paradigmas, esquemas e ideas preconcebidas, la interpretación del yo es completamente diferente a como generaciones anteriores la visualizaban, “Iphone”, “Iwach”, teniendo que reformar el sentido de la personalidad y la distancia, siendo más aislados, algo que tenemos que aprender a respetar, en su agenda no están los eventos masivos, disfrutan más su teléfono inteligente que las relaciones interpersonales.La forma de ser relevantes para nosotros estaba anclada a un concierto o una cruzada evangelistica, mientras que para ellos está vinculada a las redes sociales.
Es fundamental que completemos la tarea, preparando sucesores para un efectivo relevo, los lideres tenemos la responsabilidad de tener a nuestro alrededor 2 o 3 personas a quienes podamos discipular de manera directa.
Aportes de nuestra generación:
- La labor evangelizadora: es todo un legado pasando de ser un 3% a más de un 50% de población cristiana evangélica salvadoreña.
- La ruptura de brechas sociales: tomando relevancia el evangelio en todos las áreas de la sociedad, estrechando la cultura, la historia, la política, el arte, convirtiéndose el evangelio en una expresión social.
- El derecho a la religión: impensable que el derecho a profesar una fe pudiera convertirse en un derecho humano básico, concebido y protegido.
Retos para las nuevas generaciones:
- Continuar con la expansión del evangelio: alejado de la búsqueda de popularidad y protagonismo, la expansión del evangelio no debe cesar para que la gran comisión no pierda efecto y Jesucristo sea manifestado a toda persona.
- Hacer relevante el evangelio: así como se uniformó el evangelio a la sociedad en su momento, hoy les toca conectar con la generación Z y Alpha, tendrá que ser muy a su manera, pero ellos no deben pasar a ser una generación que no conozca de Dios como en el periodo inicial de los jueces en el antiguo testamento donde se levantó una generación que no conocía de Dios.
- Sostener la pureza de las escrituras: es importante que tengan plena libertad en el manejo de aspectos litúrgicos pero que no corrompan ni alteren la esencia del evangelio plasmado en las Sagradas Escrituras, teniendo libertad en la forma, sin alterar el fondo, apegados al credo trinitario que ha caracterizado a la iglesia.
- Defender los principios y valores: ante las agendas multilaterales y el reconocimiento de nuevos valores y principios con alteraciones y modificaciones convenientes para unos en atropello para otros, se vuelve necesario que la iglesia defienda los principios y valores plasmados en el canon bíblico para que no sean de manejados de manera antojadiza por nadie y puedan ser transferidos íntegramente a las nuevas generaciones.
Todo líder con vigencia en la actualidad debe tener presente la importancia de acompañar a los nuevos liderazgos, creer en ellos, apoyarles, aunque su estrategia y su manera de operar sea distinta a la nuestra, pero ellos van a avanzar a la siguiente etapa. La iglesia no está muerta, no está agonizado, por el contrario está más fuerte que nunca, debemos respetar las marcadas diferencias de operar entre una y otra generación, Juan el bautista mencionó que es necesario que yo mengue para que Él crezca, y eso sigue estando hoy más que nunca en la madera del pensamiento espiritual, más que hacer que ellos piensen como nosotros, nos toca acompañarlos y apoyarlos en sus pensamientos. Creo firmemente que este pensamiento dará paso a el más grande avivamiento en la historia de la cristiandad hasta que Cristo venga.
