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viernes, noviembre 22, 2024

¿Está esperando una promesa de Dios?

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July de Sosa / Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS)
Las promesas de Dios son un absoluto bíblico, las tomamos o las dejamos.
Si decidimos creer en sus promesas es necesario caminar en pro de ellas, sabiendo que nadie llega a celebrar el sí de Dios, sin antes pasar por algunos no, que servirán para saber administrar el sí cuando llegue.
Para quienes confiamos en las promesas de Dios es necesario recordar que ÉL, no miente lo que dijo que haría lo hará, pero en su tiempo no en el nuestro. Cuando estamos en la espera de una promesa se vuelve indispensable preparar la atmósfera en nuestro corazón con oración, porque ¿Cómo nos mantendremos firmes en la espera lejos de Dios?
Un pasaje bíblico de la vida del profeta Elías, revela como debe de ser la espera para ver el sí que anhelamos la historia se encuentra en 1ª. REYES 18: 42- 45. Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque ya se oye el ruido de la lluvia. Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del monte carmelo, y postrándose en tierra puso el rostro entre las rodillas. Luego dijo a su criado: sube ahora y mira hacia el mar. El subió y miró y dijo: No hay nada, pero Elías le ordenó de nuevo vuelve siete veces. A la séptima vez el criado dijo: veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.
El pasaje muestra que Elías esperaba un sí de Dios, mientras su compañero Acab comía y bebía, él, oro, y luego envió a su criado a ver si había señal de lluvia. La oración es la manera insustituible de ver la promesa, y aunque otros no vean nada, nosotros debemos de estar firmes en lo que esperamos, para eso necesitamos tener una fe insistente y avanzar, Elías no se desanimó cuando su criado le dijo: No veo nada. Él le ordenó volver siete veces. En Dios no aplica la frase común de “la tercera es la vencida” Debemos estar dispuestos a ir las veces que sean necesarias hasta que llegue nuestro Sí. El verso 44, muestra que el profeta visualizo diferente la pequeña nube que vio su criado, Elías vio que la lluvia estaba por comenzar y le ordenó a su criado ve y dile a Acab “Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te lo impida” entre tanto aconteció que los cielos se oscurecieron con nubes y viento y hubo un gran aguacero. La lluvia esperada por el profeta llegó luego de siete veces que su criado busco señal, mientras tanto Elías se mantuvo en oración y fe hasta que vio el sí, de Dios que esperaba firme y expectante. De igual forma nosotros debemos estar firmes y expectantes en lo que de Dios esperamos.
No se desanime por el tiempo que lleva esperando el cumplimiento de una promesa, siga confiando que su sí, viene en camino. Porque escrito está:

“Todas las promesas de Dios son el ÉL sí y amen”

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