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viernes, abril 19, 2024

Estorbos en la oración: 《Rencillas matrimoniales》

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No. 4: RENCILLAS MATRIMONIALES

La rencilla matrimonial, es cualquier discusión, riña o contienda con tu cónyuge, así de fácil.

Pedro 3:6-7. Como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

¡Está claro! Nuestras oraciones tendrán estorbo si nuestro matrimonio es rencilloso. El esposo la debe tratar como a vaso frágil y, por su parte, la esposa debe someterse a su marido, pues él es la cabeza de su hogar, así como Cristo es la cabeza de la iglesia (Efesios 5:23). Pero esto último no quiere decir que le sea permitido al esposo ser una especie de dictador o déspota, sino todo lo contrario, debe comportarse como un genuino sacerdote de su hogar, quien guía con mansedumbre y amor.

La Epístola dirigida a Tito 2:5, exhorta a nosotras las mujeres para que seamos “prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”

Nuestra obediencia en el matrimonio debe comenzar inicialmente por cumplir los principios que Dios asigna a esposas y esposos. Poniendo nuestra mirada en Jesús, haciendo el rol que Dios establece en la Biblia. Al hacer esto, estamos obedeciendo y fundamentando nuestro matrimonio sobre “la roca” que es Jesús, así como en nuestras oraciones.

Y es que no debemos olvidar que nuestras oraciones no serán contestadas cuando simplemente hagamos lo que nos dé la gana, tal como en el caso de Jueces 21:25 donde “cada uno hacía lo que bien le parecía”

Concentrémonos y seamos perseverantes en alejar de nuestras vidas estas barreras, porque solo en la medida en que nuestra prioridad se centre en poner en práctica la Palabra, alcanzaremos misericordia y nuestras peticiones podrán ser contestadas

por el Señor, de acuerdo con Su voluntad y en Su tiempo.

Nuestro Señor es un Dios que nos da varias oportunidades, por lo general no procede con la disciplina a la primera. Sus misericordias son nuevas cada mañana.

Miqueas 7:18. ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.

Que esto verdaderamente sea nuestro objetivo y meta continua: el estar engrandeciendo al “Gran Yo Soy”, Quien nos dará lo que verdaderamente necesitamos.

¡Si ha empezado tu lucha, es tiempo de experimentar la grandeza del Señor en tu vida, es tiempo de experimentar esa libertad, es tiempo de armarte de coraje y hacerte un guerrero de oración! ¡Clamemos al Señor para que eso suceda!

Josué 3:5. “y Josué dijo al pueblo, santificaos porque Jehová
hará mañana maravillas entre vosotros”

¿Estás dispuesto a superar alguna de estas barreras que puedan estar impidiendo tu comunión con el Padre? Te presento, a continuación, una gráfica que te ilustrará acerca de cómo estas barreras resultan en tropiezo a nuestras oraciones:

Con el amor de Cristo, Helen de López

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