Mateo 27:19 “(LBLA) Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo…”
Bueno, mis hermanos varones, una palabra calientita, recién salida del horno para ustedes: ¿Saben qué? Cuando sus esposas les manden a hacer algo, es mejor que les obedezcan.
Si, si, ya sé que no es fácil para un hombre obedecer las instrucciones de su esposa porque fuimos criados (no creados), para tomar decisiones, para tomar el timón del barco y dirigir la orquesta, y cuando viene una dama a querer darnos instrucciones, para nuestro cerebro masculino es difícil ajustarse a ese patrón que cambia de lugar nuestras neuronas masculinas.
Ese es nuestro fracaso como hombres. No importa si usted es un hombre de Dios o del Diablo. Le va a ir igual de mal si ignora muchas veces los avisos que le mandan sus esposas. Ah, y quiero decirles que no están solos. Yo les acompaño en esta triste historia. Pilato se perdió la vida eterna. Él admiraba a Jesus, le gustaba lo que escuchaba de él, lo quería conocer, es por eso que cuando lo tiene enfrente, le hace preguntas que le interesaba hacerle. ¿Eres el Mesías? ¿Eres el Rey de los judíos? ¿Eres la Verdad? Y adivinen ¿quién estaba detrás de las cortinas escuchando a control remoto? ¡Exacto! la esposa. Y fue cuando le mandó un papelito con una advertencia: “No te metas en problemas por ese justo. No te expongas al peligro, Pilato, mi amor. Ten cuidado con ese crédito que piensas tomar. No te acerques a esa hermanita que te pone ojos tiernos. No te dejes embaucar por ese amigo que no te deja. No hagas ese negocio. No comas cerdo, te me vas a morir…”
¿Que hubiera sucedido si Pilato le hace caso a su esposa? Pero no vayamos tan lejos: ¿Que hubiera sucedido su usted y yo le hubiéramos hecho caso a la nuestra?
Se los dejo para que lo piensen. Yo ya lo pensé…y salí reprobado.
SOLI DEO GLORIA