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viernes, abril 19, 2024

La oración modelo de Jesús (primera parte)

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Hoy iniciaremos una serie del Padre Nuestro, tiene más de 10 partes, así que te recomiendo les lleves la secuencia. Cuando los discípulos veían las obras maravillosas que Jesús hacía quedaban impresionados por su Poder, pero lo que más les intrigaba era su actitud de “dependencia total” al Padre a través de la oración. Su interés llegó al punto que le pidieron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar”

Lucas 6:39. “Y les decía una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?”

La falta de conocimiento acerca de cómo orar es un verdadero problema para nuestra vida de oración, ya que para poder conducirnos nosotros mismos, guiar a nuestros hijos y apoyar a otros, debemos ampliar nuestras capacidades espirituales. Lucas nos deja claro que “un ciego no puede guiar a otro ciego”, debemos dejar que el Señor nos perfeccione en todas las áreas de nuestra vida, y esto incluye ¡el conocimiento sobre cómo orar! Es mi deseo que conozcas el modelo de la oración que Jesús hizo al Padre.

En todo ese proceso de búsqueda de conocimiento de la Palabra, el Señor me mostró este bello pasaje que a continuación te comparto. Cuando los discípulos veían las obras maravillosas que Jesús hacía quedaban impresionados por su Poder, pero lo que más les intrigaba era su actitud de “dependencia total” al Padre a través de la oración. Su interés llegó al punto que le pidieron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar”.

Jesús nos enseñó a orar y claramente ese modelo de oración perfecta es: ¡El Padre Nuestro!

Lucas 11:1. “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”

Jesús también nos enseña la primera gran elección para una comunión eficaz: Ora al Padre en lo secreto, entra en tu habitación, a puerta cerrada; sin usar vanas repeticiones como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. Es decir, que cuando hablemos con el Padre, de nuestra boca deberían salir palabras sinceras y no premeditadas para impresionar… ¡Que El Señor nos guarde de tal intención a mí y a ti! Pero al decir “vanas repeticiones” no tiene que ver con ser breve en tu tiempo con el Señor, recuerda que hemos visto la “barrera del apuro”. Sino que tu oración sea, según la oración modelo que fuera enseñada por el Hijo de Dios, y en forma espontánea, es decir que nazca de tu corazón.

Este capítulo está basado en Mateo 6:9-13. La información que encontrarás es una ventana de oportunidad para orar de acuerdo con la forma perfecta que nos dejó el Rey de Reyes. En esta sección evidenciarás la riqueza espiritual del Padre Nuestro y tengo la convicción que, al profundizar en ella, acelerarás tu pasión por la oración.

Mateo 6:9-13

-Padre nuestro que estás en los cielos,

-Santificado sea tu nombre.

-Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

-El pan nuestro de cada día,

dánoslo hoy.

-Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

-Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

Estos elementos de la oración de Jesús fueron también modelados por aquellos héroes de la fe que nos describe hebreos 11, quiénes mantenían una vida constante de oración.

Veamos los elementos del “Padre Nuestro” y aprendamos de esta oración, para esos valiosos tiempos de intimidad con nuestro Dios.

RELACIÓN PADRE-HIJO

Mateo 6:9. “Padre nuestro que estás en los cielos”

Jesús desde un inicio quiso dejar clara la necesidad de una relación de afecto y dependencia con Su Padre: “Padre Nuestro”. Pero ¿Qué es una relación?, es una correspondencia o conexión INTIMA, PROFUNDA, que hay entre dos seres, y en nuestro caso se trata de Nuestro Padre y cada uno de nosotros, sus hijos e hijas. Podemos ver un punto esencial: toda oración va dirigida al Padre, como lo hizo Jesús. Debemos seguir las huellas del hijo de Dios, y establecer primeramente este vínculo con el Padre.

Observa como Jesús lo declara en las siguientes porciones Bíblicas: Mateo 10:32-33. “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos.  Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de Mi Padre que está en los cielos.”

Cuando tú recibiste a Jesús en tu corazón inmediatamente fuiste hecho Hijo de Dios.

Con el amor de Cristo,

Helen

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