Los besos de una persona que no ama son inoportunos y lo llamamos hipocresía. El
beso de la traición de Judas sería lo contrario a lo descrito hoy. Aquí se compara la
respuesta sincera a un beso amistoso, de corazón, con verdadera estima.
Una de las pruebas claras de una amistad verdadera es la sinceridad entendida como
la capacidad de ser honesto aun ante situaciones complicadas. Es la capacidad de
revestir la verdad de misericordia para animar a quiénes amamos a considerar
seriamente lo que decimos, pues al final lo que anhelamos es su crecimiento, su
bienestar, su prosperidad y su felicidad.