Cuando hemos sido agredidos de una u otra forma, la venganza es una opción que
podríamos acariciar para resarcir el daño que nos ha sido hecho o manifestado.
¡Cuánto dominio requiere que al tener la capacidad de hacerlo refrenemos nuestro
actuar para agradar al Juez justo, quien peleará por nuestra causa!
Como hijos de Dios somos llamados que aun viendo en las condiciones más difíciles
a quien nos aborrece, experimentando hambre y sed, en esa condición decidamos
ayudarle o no pagar mal por mal, sino aprender a pagar bien por mal.