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jueves, abril 18, 2024

La oración modelo de Jesús (Tercera parte)

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ADORADORES DEL REY: “Santificado sea tu nombre”

Mateo 6:9. “Pide que Su Nombre sea santificado, reverenciado, adorado, alabado, glorificado”.

Pero ¿qué es santificar?, santificar es reverenciar el nombre de Dios, de nuestro Padre, adorarlo y exaltar sus atributos, Su poder, Su grandeza, Su misericordia, Su sabiduría; es agradecerle a Él por su favor y ayuda.

Debemos alabarlo, por todas las bendiciones que hemos recibido.

No pasemos por alto que al hacer la afirmación “santificado sea Tu nombre”, estamos santificando, bendiciendo y honrándole a Él, a través de nuestras palabras y también de nuestras acciones. Anhelando y pidiendo que Su nombre sea glorificado, admirado, alabado y honrado. Pregúntate continuamente, ¿glorifico al Señor en mi diario andar? ¿glorifico al Señor en mi forma de vestir?, ¿glorifico al Señor en el manejo de las finanzas?, ¿glorifica al Señor mi matrimonio?

Colosenses 3:23-24

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

Jesús recalcó la adoración y la alabanza al Padre en la oración.

A. Adoración

La adoración es una expresión de amor, por medio de la cual exaltas los atributos y poder de Dios. Un atributo es una cualidad o característica propia del Señor, es una parte esencial de su naturaleza. Mediante la adoración tú le manifiestas al Señor cuan sorprendido estás por tener el privilegio de acercarte a un Dios vivo, real, poderoso, majestuoso y misericordioso.

En el gráfico de la siguiente página te enumero algunos atributos del Señor: Por favor búscalos en tu Biblia para que te guíe en la lectura:

A Dios le complace nuestra adoración, pues El busca adoradores en espíritu y en verdad”. Jesús mismo lo reiteraba cuando dijo a la Samaritana en el pozo de Jacob “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. (Juan 4:23).

Es claro que Dios demanda la adoración en el Espíritu, adoración desde lo más profundo de nuestro ser, con toda nuestra alma. Cuando estamos diciendo, “Santificado sea Tu nombre” anhelamos que podamos tener esta reverencia ante el Padre, que no tomen su nombre en vano, que no lo ridiculicen por nuestra culpa, pero sobre todo que nuestra manera de comportarnos ante los demás, refleje que honramos y glorificamos al Señor.

Pedro y Juan comenzaron su oración en Hechos 4:24 “Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.” Su enfoque fue el carácter de Dios, adoraron a Dios por las obras poderosas que Él ha hecho, estaban maravillados de su Padre Celestial

B. Alabanza

Mediante la alabanza tu le agradeces al Rey de Eternas Misericordias lo que te ha permitido vivir, disfrutar y realizar, ¡todos los favores que te ha concedido, todo lo que te ha enseñado! donde tú le das gracias por todo lo que Él ha hecho en tu vida, donde le agradeces por haber sido tu ayudador, sanador, libertador, proveedor, etc…. Es importante verbalizar las cosas que tú aprecias, admiras y respetas del Señor.

Por medio de la alabanza nuestro corazón puede llegar a ser suavizado y enternecido por el Señor. Pero… ¿que sucede cuando el corazón está frío hacia Dios?, ¿Qué pasa cuando ya tienes unos 20, 30 o más años de ser cristiano, y no quieres aceptar tu frialdad hacía a Él, y que tu primer amor se ha ido?,

¿Y qué, cuando de nuestra boca ya no sale nada genuino y nosotros le cantamos a Él sólo por cantar de manera religiosa, para que nos miren (a mí me pasaba); o ya ni tan siquiera cantamos?

Todos debemos agradecerle por Su bondad. Por Su misericordia, pues siendo tan imperfectos, seres humanos llenos de debilidades, de pecados, nos permite dirigirnos a Él. Si estás atravesando algún grado de frialdad espiritual, cuéntale sobre esto a Dios, dile que quieres aprender a deleitarte en su alabanza, dile que cambie tu corazón y ¡ponte en acción!, verás como Dios obrará los cambios en ti.

Todo lo bueno que podamos tener o que nos pueda ocurrir es una razón para alabar al Creador, te dejo ejemplos prácticos para expresar gratitud a Dios.

Con el amor de Cristo,

Helen

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