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lunes, noviembre 25, 2024

En la recta final del 2020

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Por July de Sosa Ministerio Cristo Como Pastor (CCPAS)
En este año atípico a causa de la pandemia provocada por el virus Covid-19 posiblemente esta sea la primera vez en la historia que hemos tomado conciencia de que somos una sola humanidad, que lo que le pasó a uno nos pasó a todos, hablando del confinamiento domiciliario que vivimos a causa del virus. Sin embargo, no todo ha sido malo ya que este tiempo es propicio para reflexionar en cuanto a situaciones importantes que antes de la pandemia probablemente la mayoría no había tomado en cuenta, como la irrefutable verdad de que somos una sociedad consumista, sin satisfacción interior. Abusamos del planeta, del clima, de la naturaleza, del amor y respeto de otros, etcétera. Sin reparar que todo forma parte del regalo de la vida que hemos recibido de parte del creador, para algunos al igual que yo, creador y Señor. He escuchado a muchos lamentarse de este año, perdiendo de vista que todo ayuda para bien, y al igual que todos los años que hemos visto pasar nos dejaron enseñanzas y experiencias valiosas, el presente año, no es la excepción todos de manera individual y grupal hemos aprendido valiosas lecciones de vida e inventado nuevas normalidades. Considero que de manera global bien nos haría reordenar nuestras prioridades basados en la realidad de lo conectados que estamos como seres humanos, porque lo que le pasa a un humano en Wuhan, nos pasa a todos, no hay murallas que detengan este mal, que mantiene a muchos atados al miedo principal que conlleva este virus, la muerte. En estos últimos días del año creo que todos estamos conscientes de que ya no hay tal idea tribal de que estamos separados del resto de los demás, todos pertenecemos a una frágil humanidad. En la que solo el temor y amor por Dios marca diferencia en cuanto a percepciones y puntos de vista. A las cero horas del 2020 declare que este sería el año de mi equilibrio, y literalmente lo ha sido y al igual que muchos estoy construyendo mi nueva normalidad de vida.
En mi experiencia de consejería encuentro que el mayor obstáculo que algunos tienen para avanzar y cambiar su manera de pensar sigue siendo la negación a, aceptar que a este mundo venimos a ganar, pero también a perder, ganamos satisfacciones, experiencias, y lo más importante ganamos la vida eterna por el sacrificio de Jesús en la cruz, y entre lo que perdemos están nuestros padres, amigos, mascotas, y hasta parte de nuestras propias facultades, mientras más años vivimos más cosas ganamos y perdemos. Tener conciencia de esto aporta equilibrio a nuestras emociones y nos mantiene viviendo en nuestro presente gozosos y agradecidos por lo que tenemos, a la vez que nos libra de vivir con temores que llevan a imaginar lo que todavía no ha pasado.
Considero que el reto más importante en este momento es mirar con ojos de fe a lo por venir y para esto es urgente abrir nuestra mente al conocimiento de la voluntad de Dios para nosotros, usar el dominio propio en cada una de nuestras acciones, abrazar la vida fuertemente y esforzarnos por seguir superándonos a nosotros mismos.
Que la paz del Señor inunde nuestros corazones sabiéndonos amados y perdonados por Cristo Jesús.
Feliz cierre de año 2020, y bendecido inicio del 2021

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