Entre el ocaso y el alba

Llegó el 31 de diciembre, es el final de un ciclo, pero también el principio de otro y que tiempo más trascendental.
Ha sido un año en el cual hemos interpretado las cosas de manera distinta, en plena depencia de Dios, con un entorno distante de estar en control humano, pero seguros que estamos en las manos del Rey de Reyes y Señor de Señores.
Es momento de agradecer a Dios, debemos ver el porvenir de manera propositiva, presentando delante de Dios nuestra causa, soñando grandes sueños, siempre perseverando en la convicción de fe cristiana que representa el creer en Jesucristo para que seas salvo tú y tu casa.
Gracias a mi familia: mi esposa, mi mamá, hijos y hermanas que en los momentos más complejos han sido un puente para sobreponerme de cualquier vicisitud.
Gracias a Iglesia Kemuel: todos los lideres, servidores, a las personas que se están congregando físicamente, a quienes han estado en línea durante todo este año pendientes de las enseñanzas y de las oraciones.
Gracias al Grupo de Pastores y Ministerios Próximo Paso: por el engranaje de cada consiervo que con esfuerzo y denuedo han estado empujando el avance del evangelio desde su trinchera, y aun es los tiempos más complejos de la pandemia no desmayaron para concatenarnos y hacer el bien al prójimo.
No podemos entrar al 2021 cargando pesos innecesarios o circunstancias que no nos suman, estamos en cuenta regresiva y ahora comenzamos este nuevo tiempo. Tenemos mucho que concebir por nuestro país El Salvador, ¡Feliz Año Nuevo!, sigamos haciendo siempre lo que Dios nos ha enviado a hacer.
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor lo afirmo.” Jeremías 29:11 (DHH)