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viernes, abril 19, 2024

Corrupción

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Hubo una vez, en un país remoto un presidente de mucha y alta alcurnia. Fue educado en una de las universidades más famosas del mundo, Harvard, Alma Máter de muchos reyes y príncipes europeos quienes estudiaron en sus aulas.

Pues bien, este caballero de algún remoto lugar, logró alcanzar la meta más alta de cualquier político: llegar a ser presidente de una nación. Por su palmarés educativo se esperaba que fuera un modelo de virtud, honradez y alta moral. El día de su investidura presidencial, estuvo rodeado de sus amigos de la Universidad. Príncipes y reyes de otras naciones. Fue una fiesta a todo dar. No se escatimaron gastos para hospedarlos y protegerlos. El país estaba orgulloso de su gobernante que se codeaba con esa clase de personalidades.

Pero, ¡oh! desilusión: al poco tiempo de haber entregado el puesto, fue enjuiciado por corrupción.

¿Cómo una mente tan brillante, con una alta educación, egresado de una de las mejores Universidades del mundo haya fallado tanto en su honestidad? ¿En donde falló la educación universitaria? ¿En donde fallaron todas las amistades de alto nivel que tuvo como compañeros de estudios?

Es fácil encontrar la respuesta: La educación, amigos, no cambia al hombre. Lo hace más educado, indudablemente, pero no lo hace honesto, recto y temeroso de Dios. La educación por muy especializada que sea, no cambia el corazón del ser humano. Lo único que cambia al hombre cualquiera que sea su condición es la Palabra de Dios. Es allí en donde se encuentran las reglas, mandamientos y preceptos para la conducta humana. Es en la Palabra de Dios en donde cambia el corazón y esto, si se le pone el debido interés.

Es por eso que -con las debidas disculpas, amigos pastores-, por muy educados que seamos en los mejores seminarios bíblicos, aunque tengamos Maestrías y Doctorados, si la Palabra del Señor no mora en nuestros corazones, estaremos al mismo nivel del señor Presidente de mi historia: Simples hombres educados pero con un corazón corrupto.

Si no lo creen, a las pruebas me remito: ¿Cómo es que un líder de una iglesia sabe que Dios aborrece el divorcio y él se divorcia? ¿Como es que predica que no se debe robar, roba? Se los dejo de deber…

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