“Y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”
Mateo 6:12
En el Padre Nuestro, Jesús nos dice que tenemos que orar al Señor para que perdone nuestras deudas, así como nosotros también debemos perdonar a nuestros deudores. Es en este tiempo de oración, es que debes abrir tu corazón al Señor y compartirle acerca de todas tus ofensas hacia otros, de tus errores, de tus faltas, decirlas lo más detalladamente posibles. Habla con Dios y dale cuentas de todo aquello que señale tu mente que ha ofendido al Señor. Cuéntale de los agravios que has pensado, o lo que has hecho en contra de otros. Al pecado, Jesús lo ha denominado “deuda.”. Hermano recuerda que este es un estorbo que podría afectar que Dios conteste a tus oraciones y también El Señor no perdonaría tus ofensas.
¡Por favor, lee minuciosamente esta porción de la Biblia!:
Marcos 11:25-26
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas
También será necesario que le menciones al Señor que escudriñe tu corazón, que te revele todo lo que no le agrada de ti. Nuestro corazón es engañoso y perverso. Te quedarás asombrado de ver cómo llegarán a tu mente situaciones en las que has obrado mal y que ni tan siquiera recordabas. ¡Dios está pronto a escuchar este tipo de oraciones!
¿Qué es escudriñar? Es examinar algo con mucha atención, tratando de averiguar las interioridades o los detalles menos manifiestos. Debemos pedirle al Señor, constante y diariamente, que escudriñe nuestro corazón.
Dice Jeremías 17: 9-10
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
Muchas veces perdonar no es fácil y más aún si nos han herido profundamente, pero ¡he aquí la valiosa oración! donde tu puedes implorar al Señor para que Dios con el Poder de Su Santo Espíritu, obre en tu corazón, lo cambie y puedas perdonar a quién te ha dañado.
¡Clama por si hay algo de esto y comprobarás la misericordia del Padre en tu vida! El no te condenará, sino que te ayudará!
Con el amor de Cristo,
Helen de López