Una Pastoral en función de las personas
En la pastoral, el ministerio debe estar en función de las personas y no las personas en función del ministerio pastoral. El ministerio de Jesús estuvo orientado al ser humano. En las palabras de Isaías y de la relectura de Lucas 4, las “Buenas Nuevas del Evangelio” son buenas nuevas a ¿quiénes?, a los empobrecidos, a los abatidos, a los oprimidos, enlutados, no hay un evangelio para el sistema eclesiástico, hay evangelio para las personas, no debemos olvidar la centralidad del mensaje de Jesús hacia las personas que necesitan de Dios.
El lugar desde dónde se hace la pastoral limita o potencia el mensaje que se predica
Hay una des-encarnación del ministerio pastoral actual sobre la realidad de las personas que se pastorean. No se camina con ellos, no se les conoce en su cotidianidad, ni la realidad con la que luchan. Es necesario encarnarse, “el verbo se hizo carne” dice el Evangelio de Juan, si el pastor no se encarna en la realidad de su gente, no les podrá entender, porque desde arriba las cosas se ven de una manera totalmente distinta, hasta la predicación falla, creyendo que se les está llenando y lo que las personas necesitan, muchas veces, es algo distinto.
Esta labor pastoral desencarnada no nos permite tener una conciencia sensibilizada del dolor, el sufrimiento y las luchas de nuestros miembros con la vida, la pobreza, las presiones, los problemas o las injusticias que viven a diario, y por ende, la predicación nos les habla, no les llena.
Un nuevo enfoque de lo que es el ministerio pastoral.
En la acción propiamente pastoral, debemos tener una nueva forma de relación, ya no seguirnos relacionando con la gente desde arriba, en un sentido piramidal, jerárquico, sino con alteridad, es decir, de forma horizontal al estilo de Jesús con sus discípulos; no debe hacerse en las categorías de “dominador-dominado” o con la actitud de “yo estoy arriba, yo te domino y tú te sometes”. Eso es contrario al evangelio y al liderazgo bíblico de Jesús.
Tenemos diversos tipos de liderazgo como alternativa, por ejemplo: Jesús, Bonhoeffer, Martin Luther King, Spurgeon, Billy Graham, Gandhi, entre otros más. Hay que tomar otras referencias, para salirnos un poco de la visión del liderazgo anglosajón que se basa en figuras en la cúspide gerencial o corporativas. Los seminarios de liderazgo ahondan en esta temática, nos venden la visión empresarial de liderazgo, el liderazgo bíblico es diferente, se realiza con un espíritu distinto, un lenguaje y una intencionalidad transformadora y no utilitarista.
Nuevas metáforas pastorales
Hay que usar nuevas metáforas, quizá, hay que dejar la metáfora de pastor-oveja porque en la metáfora de pastor-oveja, se ve a la oveja como tonta e incapaz, hasta se predica ese tipo de significados, la oveja es tonta, es boba y no puede. Esto provoca una especie de dependencia espiritual porque si el pastor no está, la oveja se va, se cae en el acantilado y se ahoga. Entonces, como la oveja es tonta depende absolutamente del pastor; esa metáfora que surgió en un ambiente agrícola y pastoril, creo que ha ayudado bastante, pero hay que buscar nuevas metáforas que ayuden a entender la relación del pastor con los miembros de la iglesia y comunidad de fe. Es necesario el uso de otras metáforas que muestren una forma diferente de ver el pastorado y la relación de pastor-creyente, tutor-aprendiz, maestro-discípulo.
Nuevos modelos pastorales
No se trata de abandonar el modelo gerencial y empresarial, (el más usado en ambientes urbanos) sino por lo menos equilibrarlo o matizarlo con el modelo de Jesús. Hay muchos libros con enfoque empresarial, ejemplo de eso son los títulos como: «El Jesús gerencial», en el que se muestra una visión gerencial y jerárquica, que sabemos que es una traición directa al espíritu de Jesús de Nazaret, que se le llama el “Siervo de Yahvé”, “el pastor de los perdidos y extraviados” que necesitaban guianza y acompañamiento. El Jesús siervo-maestro-guía es un modelo adecuado para la práctica pastoral evangélica actual.