Es frecuente en la vida cotidiana atravesar diversas circunstancias que debilitan nuestras fuerzas, enfermedad, escasez, problemas familiares entre otros son causales que desmotivan y hacen perder el horizonte o desviarnos de nuestras metas y entorpecer el proceso.
Es fácil hablar de fe desde una posición de confort, pero al entrar en la fundición de Dios, derribando todo orgullo y cambiando todo trasfondo negativo no se contempla de la misma manera, es solo en el desierto que se conoce lo que somos. De ahí que muchos al fracaso le han llamado peldaño para el éxito y otros de los errores han hecho su sarcófago.
Es imposible bajo una mentalidad negativa conquistar, Cuando uno se embarca en un nuevo proyecto siempre enfrenta dudas, pero debe continuar. Solo así dejará de ser desafío y podrá llamarse logro.
Cuando accionamos ponemos en movimiento toda fuerza productiva y activamos la fe, es ahí donde lo imposible se hace posible y lo invisible se hace visible, el manual de vida para todo cristiano lo plantea de la siguiente manera: “Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá”. Marcos 11:23
Jamás debemos doblegarnos ante la adversidad, hacerlo es decirle a Dios que no tiene poder, dudar es vivir en derrota, pero creer es fortaleza, nunca perdamos de vista nuestra esperanza, aferrémonos con intensidad a nuestros valores y alberguemos siempre la fe en nuestra mente y corazón, nuestros ojos y generaciones siempre verán maravillas.