Génesis 33:9-11 “Y dijo Esaú: Ya tengo bastante, hermano mío; quédate para ti lo que es tuyo. Pero Iaakob insistió y le dijo: Si he hallado favor ante tus ojos acepta mis dádivas… pues Elohim me ha colmado de bienes y los tengo en abundancia…” (La Unidad)
Bueno, creo que voy a caer mal si alguien no entiende las formas en que Dios bendice a aquellos que han decidido seguir sus caminos, obedecerlo, honrarlo y tomarlo en cuenta en todos sus actos.
Porque no es un secreto que muchos cristianos trabajan duro para lograr hacer “sus cositas” a base de esfuerzo, sudor y lágrimas. Fundan su prosperidad a costa de abandonar muchas veces su descanso, su familia y hasta su salud. Creyendo que trabajar duro hará que prosperen y se llenen de cosas materiales. Si, es cierto que van a la iglesia, cantan sus coritos y hacen sus oraciones pero en su corazón no tienen a Dios en cuenta. Porque depender de Dios es una cosa y creer en Él es otra.
Están los otros que en todo dependen de Dios. Le consultan, lo toman en cuenta en sus proyectos y lo adoran antes que todas las cosas. A esos, Dios los bendice sobre manera, tanto, que cuando vienen a darse cuenta, tienen más de lo necesario. Trabajan duro, si, y sudan tanto como los demás, pero su mirada está puesta en el Alto y Sublime y de Él esperan su salario.
Eso es lo que encontramos en el momento en que los dos hermanos, Esaú y Jacob se encuentran después de varios años de ausencia. Jacob le envía a Esaú tres ofrendas. Pero Esaú las rechaza diciendo palabras que nos muestran su carácter y su dependencia: “…ya tengo bastante…” Y era cierto, tenía bastante riqueza como para despreciar las ofrendas de su hermano. Pero Jacob nos sorprende con sus palabras: “…pues Dios me ha colmado de bienes y yo tengo abundancia…”
¿Lo nota? Esaú no menciona para nada al Señor y tiene bastante. Jacob, en cambio, le da la Gloria a Dios y le dice lo que impacta: Tengo abundancia. Sin Dios, muchos tienen bastante. Con Dios en el corazón y en la mente, se tiene abundancia.
¿Que opina?