Por: Silvia Melgar
En la actualidad estamos rodeados de muchas redes sociales, ya que estas nos permiten comunicarnos, estar informados de manera global y momentánea. En los últimos años se ha emanado una evolución enfática de estas herramientas, que además ayudan acortar largas distancias.
De tan “necesario” que se han vuelto, que han llegado a generar una adicción entre la mayoría de sus usuarios que son los jóvenes. Todos conocemos a un amigo/a que no puede estar un día sin consultar sus redes sociales o cuentas, porque nos hacen sentir el centro de atención, hacen que nos sintamos importantes y queremos pasar más y más tiempo viendo cómo los demás responden ante nuestras actuaciones.
Para el Pastor Carlos Navas, nuestras redes nos pueden destruir o edificar dependiendo de que hagamos cuando tenemos un celular en la mano, si tenemos redes como: Facebook, Instagram, Snapchat, es uno quien decide que haremos con ellas. “No importa toda la basura que el mundo quiera meternos, la decisión está en nosotros”. Expresó.
Al cuestionársele sobre cómo no permitir que las redes sociales nos hagan descuidarnos de nuestra familia dijo: “para ello importa la sabiduría todo me es licito pero no todo me conviene, debemos ser sabios para administrar nuestro tiempo”. No permitir que se convierta en una adicción y mucho menos que nos aleje de Dios.
Debido a su apogeo es de vital importancia tener mucho cuidado con el uso que se les da sobre todo al público adolescente que son el más vulnerable.
Según Erick Abarca (Thrazo) Youtuber y Community manager, saber utilizar las redes sociales se vuelve bendición porque incluso se puede volver un medio donde evangelizar, pero si no hay la madurez suficiente de utilizar este medio se vuelve una espada de doble filo, porque puede destruir con lo que vemos y perjudicar con lo que publicamos en las diferentes plataformas sociales. Un líder de jóvenes tiene que manejarlo con integridad, porque si es integro en su vida personal lo será a la hora de manejar los temas públicos a pesar que las redes son un medio abierto uno tiene que ser prudente con lo que va decir.
Para él, un líder de jóvenes puede manejarlo de dos formas: impactar al no creyente e inspirar a los líderes que le siguen. “Es bonito tener una vida activa, pero es mejor vivir la vida real, que internet no te desconecte de la vida real sepan distribuir el tiempo en las redes sociales cada cosa tiene su lugar y su momento”. Añadió.