Como cristianos la palabra de Dios nos enseña a estar con la víctima y con los victimarios, sin embargo, hay acontecimientos que marcan el alma y no solo se debe acompañar sino también denunciar, por muchos años hemos visto a la mujer aislada, marginada, ignorada, y esto ha hecho que surjan movimientos que aunque en su esencia son genuinos en su acción pueden ser contrarios a la misma identidad cristiana, pero cuando vemos casos como el de Victoria nos preguntamos realmente donde estaría Jesús, creo que la fe cristiana fue la primera que abrió el espacio en el Nuevo Testamento a la mujer a participar en congregación, estaba aislada, ignorada, pero Jesús a través de su ejemplo personal al atender a una mujer que estaba siendo juzgada con piedras por actos cometidos, permitirle a una mujer que enjugara sus cabellos y pies, poder tener amistad con mujeres como María y Marta, nos demuestra el amor maravilloso de Jesús.
El evento de Tulum duele mucho en primer lugar por ser salvadoreños porque no estamos ignorantes de todo lo que sufren nuestros migrantes que aspiran sueños mejores para ellos y sus hijos, vimos no una película de Hollywood actuada, donde nos plasman en una sala de cine un drama, sino un cruel asesinato en tiempo real, una realidad total la indiferencia alrededor de castigar y asesinar a una mujer que ya estaba sometida en labor policial, duele grandemente ver la indiferencia y creo que la acción policiaca que muchas veces celebramos y acompañamos porque nos dan estabilidad y seguridad a nosotros y los nuestros, en algunas ocasiones sobrepasa cualquier limite ingrato, injusto, que conlleva a situaciones como estas, Victoria no estaba armada, Victoria no representaba ningún atentando, ni ofensa alguna al sistema, simplemente fue el mismo odio el que llevó a esto, quedan 2 hijas huérfanas y se quedan con esa pregunta ¿Por qué? como tantos hijos que han perdido a sus padres por cuestiones tan inhumanas.
La iglesia no solo está para predicar, en la predicación debe incluir la denuncia y decir que fue un asesinato y establecer una declaración que trascienda y que establezca que la voluntad de Jesucristo mismo es estar con los más vulnerables, y lo inmigrantes son vulnerables en estos tiempos globalizados y un tiempo de indiferencia a aquel que no tiene y de aplausos a aquel que tiene mucho, debe predicar muchísimo alrededor de la conciencia social, sobre el significado de la mujer, condeno totalmente toda violencia plasmada en el feminicidio, debemos educar a nuestros hijos y enseñarles el respeto a nuestras madres, hermanas e hijas, a toda mujer que en nuestra sociedad es tan importante para sacar adelante lo que nosotros llamamos economía, pensamiento, sueños, proyectos y promesas.
El suceso de Victoria, el verla cruelmente asesinada, ver como sus asesinos llevan su cuerpo a un vehículo con total indiferencia, nos debe llevar a sentar posición, a decir no más, basta, es importante que en los hogares en el silencio de las casas, en la indiferencia de las calles, barrios, colonias y de las mismas iglesias podamos levantar voces de denuncia que pueda ubicar que toda persona, mujer, hombre merecen respeto y tienen dignidad, nunca más, nunca más.
Las autoridades políticas, gubernamentales y policiales están establecidas en una sociedad para cuidar al individuo no para maltratarlo y destruirlo, lo que pasó con Victoria en Tulum, lo que pasó con Floyd en Estados Unidos, es una muestra que vivimos en tiempos donde se ha perdido ese respeto, pero sobre esos policías hay autoridades mayores que tienen que tomar decisiones para limpiar y educar esas instituciones, para enseñarles que el respeto es importantísimo en su labor, hoy lloramos por Victoria, guardamos un minuto de silencio, sin embargo ese silencio no debe quedar para los que vienen, sino que al contrario debemos tomar acción inmediata para poder llevar delante de la justicia a toda persona que atenta contra el derecho de una mujer, el derecho de un niño y el derecho de un ser humano, NUNCA MÁS.
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Mateo 22:39