Y van presurosos a derramar sangre.” Proverbios 1.16
La Biblia no omite describir a esas personas que su mentalidad permanente es hacer daño y caminar hacia el mal. Mentalidad que tuvieron los captores y ejecutores de Jesús. Aunque la muerte por crucifixión era un castigo ejemplarizante para los malhechores, en el caso de Jesús fue injusta y cruenta. Luego de un breve juicio amañado involucraron al sistema romano para que dieran sentencia de muerte sobre nuestro Salvador. Él fue entregado a soldados que debían ejecutar ordenes de muerte y sin importarles (o sin saberlo) infligieron toda su tortura al Autor de la Vida. Este día debemos recordar que Dios ama la vida y debemos preservarla cada día. Vivamos con Sabiduría en Acción.