“No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.”
Salmos 91:5-6
Una de las implicaciones cuando se habla de la noche es la invisibilidad, la incapacidad de ver, ese miedo que nos hace sentir expuestos a cosas que no vemos o cosas que imaginamos. ¿Quién de nosotros siendo niños no se asustó por un ruido o una sombra?
Pero la saeta que vuela de día es acerca de lo visible, lo real y palpable. Lo que podemos ver a diario. Dos enemigos que pueden robar nuestra paz y llevarnos al punto del temor. Sin embargo Jesús pagó el precio tanto por lo visible y real así como lo intangible y oscuro
Que debemos hacer? Pues identificar que solo hay un lugar seguro para nosotros : “Habitar a la sombra del Altísimo”
Definamos primero de ¿dónde surge el temor?
Bueno la biblia nos muestra que al por medio del pecado también entró la muerte y con ella las enfermedades, las dolencias, la tristeza y la desesperación y por ende los temores. Veamos como el pecado provocó nuestra distanciamiento de Dios.
“Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
Génesis 3:10
Podemos observar que la primera reacción del hombre al pecar es el temor y la vergüenza . Nos alejamos de Dios , y es por eso que mucha gente al sentirse pecadora busca alejarse del Señor cuando deberían ser nuestras debilidades las que nos acerquen a Él.
Sin embargo con todo Jesús pagó el precio del pecado, de lo invisible y lo palpable.
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”
Isaías 53:4-5
La obra de Cristo tuvo que actuar de manera que abarcara todos nuestros temores:
• Nuestras enfermedades y dolores que es lo real y palpable
• Pero también el castigo de nuestra paz, es decir la paz de nuestra alma ante el terror nocturno
Este es un tiempo en el que una saeta de día que ha puesto al mundo de rodillas, un peligro palpable y una amenaza real que ha sido COVID-19 . Pero también hay un terror nocturno, el componente de ansiedad y del miedo que ha sido una consecuencia de esta virus , y ambas hacen el mismo daño.
Pero tenemos la promesa que y la orden de Dios que nos dice : ¡No Temas! Y si algo hemos aprendido es que cada vez que Dios da un imperativo también nos da las razones por las cuales podemos confiadamente obedecer.
El mismo Salmo 91 nos da las respuestas :
- Acorta distancia con el Señor ACÉRCATE
“El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.” Salmos 91:1 - Adora a Jesús , el recurso de alabanza.
“Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.”
Salmos 91:2 RVR1960 - Guarda tu paz en El Señor.
“Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.”
Salmos 91:4 RVR1960
Jesús pagó el precio tanto por lo visible y real así como lo intangible y oscuro
Que debemos hacer? Corre al Señor y busca “Habitar a la sombra del Altísimo”.
