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sábado, diciembre 28, 2024

Tuyo es el poder (Parte I)

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“Porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén…” (Mateo 6:13)

La semana pasada compartí “Porque tuyo es el reino” que quiere decir que estamos proclamando que el Señor es el Rey soberano y dueño de este mundo y de todo el universo.
También tenemos que decir al Padre “Tuyo es el Poder”, pero tienes que estar plenamente consciente de las implicaciones de tal afirmación: ¡Dios es Todopoderoso y sus hechos y sus bendiciones son nuevas cada mañana! ¡Su poder es ilimitado!
Cuando pienso en que día con día el universo jamás entra en un caos, cuando me percato que todo el sistema planetario hace siempre los movimientos de rotación, traslación, precesión, nutación, etc., puedo apreciar el exacto orden universal de todas las cosas, desde lo infinitamente pequeño hasta lo infi- nitamente grande, y la manera como Dios lo tiene todo en perfecta sincronía, una y otra vez exclamo: ¡Poderoso es nuestro Dios!
Deuteronomio 10:17
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho.”
Quiero contarte uno de los hechos en mi vida donde he visto el poder de mi Padre.
Sabes, cuando tengo que exponer en público, los nervios me sacuden y he llegado en actitud de ruego ante el Padre, a pedir su auxilio para que calme todo mi ser, a pedirle su dirección, Su guía en cada cosa que voy a decir. Miraba a un gran gigante y decía tengo que orar mucho sobre esto, ya que el sueño de mi corazón es compartir las cosas de mi Padre, con fluidez verbal.
Cuando me tocaba orar o hablar en público Dios me mantenía en paz, pero siempre llevaba esa sensación dudosa y de alguna u otra forma yo no estaba satisfecha conmigo misma. Hace tiempo fui invitada a exponer mi testimonio sobre “Obedeciendo el llamado a orar por su reino”, donde relato como el Señor va perfeccionado la obra en cada uno de nosotros, pues antes sólo me preocupaba orar por mi situación y la de otros en aflicción, pero nunca por aquellos que no conocen al Señor, que no le tienen como Su rey, ni mucho menos que hacen la voluntad del Señor. Estuve orando intensamente por esta preparación.
Es hermoso tener amigas de oración que te ayudan intercediendo. Varias de ellas derramaron su corazón delante del Señor, y déjame decirte que el milagro ocurrió, no sabes cómo venían a mí las palabras, esa fluidez verbal, aquella gran paz y seguridad. Hablaba tan elocuentemente. Me quedé sorprendida de la gran misericordia de mi Padre hacía mí, pues, aunque no le merezco, su amor traspasó y pude hablar con toda seguridad, con toda autoridad. Cuando mi familia me preguntó cómo me había ido en el evento ¡mi corazón no pudo contener las lágrimas por su gratitud! ¿Entonces que tengo? Tengo a un poderoso Dios que está a cada momento conmigo, hasta en las más pequeñas áreas de mi vida, y también en las más grandes, porque Él es poderoso para sanarte de cualquier padecimiento salud, de sacarte de cualquier problema por grande que este parezca, y por muchas otras adversidades más, por supuesto, si es Su Voluntad hacerlo.
Cuando tú tienes una situación ¿a quién vas en primer lugar? Recuerda debes ir en oración y clamor en primer lugar al Padre, debes buscar su guía y dirección a través de las Escrituras, luego ora para que Él te guie a buscar el consejero idóneo que Él te dará.
¿Crees en el Poder de Dios en cada circunstancia de tu vida, le clamas?
¡Compruebalo orando!
Con el amor de Cristo
Helen de López

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