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jueves, marzo 28, 2024

La iglesia y los niños

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La vida natural de un niño es explorar, conocer, aprender, y probablemente ha sido en la parte exploratoria más fácil para ellos que para los adultos que estábamos acostumbrados a hacer las cosas de otra manera, sin embargo, creo que nos encontramos con una generación de niños que también dependiendo del ambiente que se generó por los adultos en sus casas pudo asimilar de mejor o peor manera este periodo de pandemia, si en algún momento los adultos le dedicaban el tiempo al niño, a orar, a enseñarle, a hablar de cosas espirituales, estoy seguro que el niño lo asimiló positivamente, si el entorno familiar se aisló de las cosas de Dios, de su iglesia entre otros elementos espirituales, definitivamente el niño de la misma manera lo absorbió.
Por cuestiones de sentido común la mayoría de iglesias no han habilitados áreas para infantes, considerando que a pesar que es el grupo menos vulnerable a los efectos del Covid-19, también pueden ser portadores hacia sus propias casas, razón por la cual la mayoría de iglesia no ha habilitado hasta este momento áreas para niños, esto es muy importante ubicarlo porque muchos de los niños han vuelto a asistir a su iglesia y estar junto a sus padres en la infraestructura de la iglesia general, esto inconscientemente sin buscarlo y al romperse los paradigmas de lo que tiene que ver con la educación del niño, la enseñanza conforme a sus edades en reuniones paralelas al culto general, hemos notado como el niño de 8, 9, 10, 11, 12, 13 años ahora asimila de una manera muy interesante las enseñanzas desde el pulpito por medio de los pastores asignados, las alabanzas por medio de los ministerios congregacionales y nos ha replanteado como debería ser la nueva apertura, si volver a la dinámica de servicios infantiles de todas las edades paralelos el día domingo o mantenerlos dentro de la iglesia con una participación familiar, entendiendo que los niños pueden manejar a su corta edad una Tablet, un Smartphone, una aplicación, entre otros elementos, no podemos cometer el error por ignorancia generacional de pretender que no son capaces de asimilar la palabra, la enseñanza o el mensaje que se da desde los pulpitos. La propuesta de la iglesia para la enseñanza de Dios hacia los niños en este nuevo comienzo deberá partir de su visión y misión de como entregar el mensaje de Dios a esta nueva generación, existe una disyuntiva porque muy pocas iglesias tienen programas a mediano y largo plazo para niños, se debe generar una iglesia más dinámica sin perder el aprendizaje de este tiempo.
El niño, el adolescente, el joven, es capaz de asimilar la enseñanza directa desde el pulpito de sus autoridades eclesiales, teniendo enfoques que sean de interés para ellos, cuan importante es tener no solo una perspectiva espiritual sino pasar también a acciones que puedan promover lo que para esta generación es relevante, por ejemplo, actividades de carácter ecológico, actividades de carácter social, actividades que para ellos sean muy relevantes alrededor de como piensan e interpretan.
Una decisión que los padres con hijos menores debemos tomar es si vamos a permanecer enseñándoles la palabra de Dios a pesar de las circunstancias presentes, sino como vamos a suplir eso, la iglesia no sustituye a la familia, la iglesia acompaña a la familia, es determinante pensar la importancia que nuestros hijos vean a la iglesia como su casa de refugio, la casa de Dios, la casa donde crecer espiritualmente, y no solo como un lugar distante que un periodo complicado de la historia de la humanidad lo hizo extraño por riesgos de salud, es una decisión que los padres por el futuro de sus hijos deben tomar de guiarles por el buen camino.
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6

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