“No tengo ni dónde caerme muerto” podría ser una expresión equivalente.
En el caso del rico pone su confianza en las riquezas si llega a caer presa de alguien
que pide rescate por su vida, tiene como responder. Quizá por eso se vuelve tan
difícil para una persona que confía en sus posesiones, poner su confianza
plenamente en Jesús. Pareciera que el pobre, por no tener como rescatar su vida, no
tiene más opción que depositar su confianza plena en Dios. Es probable que esto no
corresponda al 100% de las personas en dicha condición, pero nos ayuda a
comprender porque es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja a que
un rico entre en el reino de los cielos. ¿En qué confías tú? Vive con SEA