Hay dos elementos que debemos cuidar en la relación con nuestros vecinos, por un lado, no debemos ser testigos sin causa en contra de ellos, debemos cuidar nuestra relación y lo que expresamos de quienes viven a la par o enfrente de nosotros. También debemos cuidarnos de no debemos alabarlos de forma exagerada o interesada, es decir, no debemos lisonjearlos. Nuestra forma de relacionarnos debe ser la que Jesús espera de nosotros: Hablar la verdad con amor, prestar ayuda y servicio en la necesidad, presentar el evangelio buscando la oportunidad y orar para que vivamos quieta y reposadamente con quienes compartimos en nuestro vecindario. Seamos DEC con SEA.
Hay dos elementos que debemos cuidar en la relación con nuestros vecinos, por un lado, no debemos ser testigos sin causa en contra de ellos, debemos cuidar nuestra relación y lo que expresamos de quienes viven a la par o enfrente de nosotros. También debemos cuidarnos de no debemos alabarlos de forma exagerada o interesada, es decir, no debemos lisonjearlos. Nuestra forma de relacionarnos debe ser la que Jesús espera de nosotros: Hablar la verdad con amor, prestar ayuda y servicio en la necesidad, presentar el evangelio buscando la oportunidad y orar para que vivamos quieta y reposadamente con quienes compartimos en nuestro vecindario. Seamos DEC con SEA.