Hace un tiempo se dio una situación que fue de bendición para un amigo y para mi. Aquel día le dije a este amigo: “Sabes, tú y yo estábamos en el lugar correcto, el día correcto, a la hora correcta”.
¿Estás buscando respuestas?. Las buscas para tus finanzas, para tu familia, para tu salud, necesitas grandes y urgentes respuestas. Ese conflicto eterno con tu cónyuge demanda solución. Esa situación de desempleo y el desfile de acreedores exige una respuesta. Tu desánimo, la depresión, el desaliento, la debilidad, el diagnóstico que enfrentas, demandan una salida. Necesitas respuestas, las necesitas urgente, las estás buscando, necesitas encontrarlas.
¿Dónde hay respuestas?. En el lugar correcto, a la hora correcta, el día correcto. Las respuestas vienen del Trono de Dios:
“Aquel hombre me llevó de nuevo a la entrada del templo. Allí me di cuenta de que, por debajo de la entrada, salía agua… luego de pasar por el costado derecho del templo, corría hacia el este… Allí pude ver que también por el lado sur brotaba agua”. Ezequiel 47.1-2.
El profeta Ezequiel tuvo la visión de un río. Un río que manaba del Templo, aguas que brotaban y corrían desde la casa de Dios. Este es un Río sobrenatural y poderoso, sus aguas dan sanidad, sus aguas son para la sanidad de las naciones.
Las aguas no brotaron de un estadio o una “aplicación”. El caudal no emerge de un de dispositivo, tampoco de fuentes o recursos terrenales. El Río nace de la Presencia de Dios. Las respuestas que buscas vienen de la oración, de tu comunión con la Palabra, de tus tiempos de adoración. De allí brota la Gracia que te dará la victoria que anhelas. De tu comunión con Dios emergen las aguas que riegan el más árido y quebradizo desierto.
Si buscas respuestas sumérgete en el Río. No hay otro lugar, tu comunión con Dios es indispensable, desde allí nacerá la fuente que sustentará tu vida para siempre.
Corre al río, acude a tu cita, recuerda que las respuestas están en el lugar correcto, el día correcto, a la hora correcta, y todo eso converge en su Presencia.
Isaías 44.3-4
“Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas”.