Por: Elsa Mazón Elsa.mazon@ideasyvoces.com
En su más reciente edición, la revista británica, The Economist, publica un par de artículos que paralela y directamente promueven a México como una opción viable para quienes buscan una mejor vida. Por un lado, un artículo toma la perspectiva de una pareja centroamericana, específicamente salvadoreña. En 2019, debido a la falta de seguridad y el alto grado de violencia experimentado en carne propia, Juan y Marta deciden que él debe solicitar asilo en México, un país cuyas leyes migratorias describen a los refugiados con más caridad aún que las definiciones mismas establecidas por las Naciones Unidas. Juan y Marta afirman que trabajaron ilegalmente con anterioridad en Estados Unidos pero prefieren a México como nueva sede ya que en el país de habla inglesa es caro vivir y no se siente como casa.
México es diferente. México tiene enormes problemas de violencia además de los bajos salarios mínimos y alto nivel de desempleo, pero no existe la barrera del lenguaje y el gobierno mexicano permite a refugiados extranjeros prácticamente todo excepto votar. Pueden trabajar, tomar ventaja de los servicios de salud del Estado e inscribir a sus hijos en escuelas públicas. La generosidad de México es tentadora y muchos la están aprovechando.
Por otra parte, el segundo artículo de The Economist muestra a inmigrantes de Estados Unidos que deciden mudarse a México buscando mejores costos de vida y un clima más agradable. Estos ciudadanos norteamericanos ven la fama del México con pobreza y altos grados de criminalidad como un cliché. Se presentan felices y de cierta manera “mejor que antes”.
El resultado de estos testimonios, tanto de centroamericanos como de norteamericanos es francamente una visión idealizada de un México esperanzador. Ciertamente, México es un país que por tradición, cultura e historia da la bienvenida a migrantes. Pero, para quienes piensan migrar a la nación azteca, unas palabras de cautela para su consideración: El gobierno de México no tiene respuestas para sus enormes problemas y, en mucho, es causa o partícipe de los mismos. La corrupción prácticamente incurable, el narcotráfico incontrolado con su inseparable violencia, políticas económicas incapaces o desinteresadas de impulsar al emprendedor nacional y de atraer la inversión extranjera e, incluso, la incompetencia burocrática tanto del Estado como de la iniciativa privada son obstáculos que estancan poderosamente a México.
A pesar de todo esto, si México es la solución para muchos y la esperanza para otros tantos, esto no es bueno ni es malo. Es simplemente, a fin de cuentas, una decisión personal. Este modo de pensar me remonta a los tiempos bíblicos. Me recuerda a aquellas tribus de Israel que, después de 40 años de viajar por el desierto huyendo de Egipto hacia la Tierra Prometida, se separaron del resto de la nación hasta ese entonces nómada, escogiendo quedarse al este del río Jordán, justo antes de cruzar a su añorado destino. Es un ejemplo clásico del ejercicio del libre albedrío, otorgado también, según la fe cristiana, por divina providencia. Bienvenido a México si ésta es, para usted, su tierra prometida.
Bio:
Elsa Mazón es asesora en medios de comunicación, asuntos legales y empresariales. Como licenciada en Ciencias de la Comunicación con maestría en Estudios Pastorales, su extensa trayectoria cubre audio, video, medios digitales y el mundo impreso. Ha ofrecido también sus conocimientos y experiencia en el ámbito de la docencia. Divide su tiempo entre México y EUA trabajando virtualmente y disfrutando su familia, amigos y mascotas.