Pensar en el caso de Flor o escribir sobre este tema, debe ser una lectura para todos, primero: no hay crimen perfecto, segundo: todo sale a la luz, y tercero: antes de tan solo considerar en nuestra mente una acción que dañe o perjudique a las personas, debemos tener conciencia que podemos pasarnos llevando de encuentro a aquellos que supuestamente son los que amamos, defendemos o protegemos, el dolor que le deja a padres e hijos, la muerte social, y sobre todo el saber que es contra la voluntad de Dios, el temor a Dios debe prevalecer, son los principios sobre los cuales cualquier persona debe siempre dejar pasar circunstancias que le lleven por un momento de ira, impulso, dolor o amargura a dañar y como en el caso de Flor a ser asesinada. No podemos todavía porque hay un proceso de juicio señalar a su esposo de presunto asesino, pero me he preguntado muchas veces ¿Qué hace que termine alguien asesinando a la persona que le juró amor en un altar o delante de un juez? ¿Qué hace que la relación se degenere tanto? ¿Por qué se termina de una manera tan dura sobre todo cuando hay hijos que deben llevar estigma que han perdido a su padre y a su madre por las acciones de uno y la partida del otro?
Los padres tenemos una importantísima y vital responsabilidad en la formación de los hijos, las conversaciones que se deben tener incluyen el temor a Dios, pero también la dignidad propia, no verlo con orgullo ni con altanería pero no permitir que nadie les pisotee, enseñemos que somos personas de autoridad y de fe, que tenemos el derecho divino de parte de Dios, cuando escucho casos de padres que maltratan a sus hijos, de hijos que insultan a su madre, hombres y mujeres que en noviazgo, unión libre o matrimonio que se denigran, se insultan, se atacan en redes sociales, y como en el caso de Flor se asesinan, son situaciones que deben tener limite a tiempo, no tener miedo a las consecuencias que pueda tener el establecer una denuncia, sino al contrario saber hacerla siempre a tiempo, creo que la mujer en el caso de un abuso constante nunca debe llegar a esa constante, una persona que abusa hoy abusa mañana, abusa pasado mañana, el que golpea hoy dice que nunca lo va a volver a hacer y lo hace la otra semana y vuelve a pedir perdón, son patrones de conducta que necesita el mismo individuo reconocerlos, tratarse y pararlos, la violencia psicología o económica también es destructiva para la persona emocionalmente, estar con alguien porque le provee algo es complejo, como cristianos tenemos que buscar salida y trazar una línea porque esa violencia psicología o económica si no se le pone un alto va a terminar siendo una violencia más aguda.
Vivimos en una época donde es importante que las personas que tienen afiliación de fe no vean en la religiosidad una barrera para denunciar la violencia por miedo al que dirán, es más la fe es la que al conocer la verdad no lleva a ser libres, y no podemos permitir o ser tolerantes ante cualquier tipo de indicio de violencia hacia una persona indefensa o una persona vulnerable; en la consejería pastoral, en el manejo de la relaciones internas de la iglesia siempre debe atacarse desde el pulpito todo tipo de violencia tanto física, psicológica o económica. Perdonar significa ser libre de resentimiento hacia la persona, pero en ningún momento significa vivir soportando lesiones, vergüenzas, ofensas verbales, mucho menos física, la iglesia debe tener puntos claros alrededor de estos temas, toda persona creyente que esté en una situación de vulnerabilidad o indefensa, debe pedir ayuda, y la iglesia debe renunciar a un discurso muy responsable en lo público, pero muy tolerante en lo privado con una serie de situaciones que afectan de manera directa a los personas que ahí se congregan, por consiguiente no dan testimonio de la fe del individuo. Es necesario la congruencia que lo publico sea manifiesto en lo privado.
Estoy claro que debemos estar con el agresor y con la víctima, pero debemos prevenir que no pasen tragedias, una iglesia es un lugar de refugio, no de complicidad, el pastor debe invitar al perdón pero si el caso lo amerita realizar la denuncia ante las autoridades correspondientes, estamos con quien necesita por su vulnerabilidad nuestra protección, si el costo de mantener una unión es una mujer maltratada, abusada, dañada emocional, psicológicamente y físicamente, me parece que el precio es demasiado alto, el desenlace será trágico, es ahí donde hay que saber tomar medidas a tiempo, jamás me perdonaría, sabiendo que una relación es destructiva nos limitemos a decir a la persona dañándose mutuamente que tengan paz, que oren, que todo se va a solucionar, al no querer entender el mensaje espiritual termina una persona asesinando a la otra, se debe actuar a tiempo, nuestra voz es contundente en expresar: No a la violencia contra la mujer.