Salmos 51:11 “No me eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu”
Este David era un hombre que sabía y conocía la Misericordia de su Dios. No se amilanaba con facilidad a pesar de todos sus pecados y faltas. Fue un hombre que marcó una jurisprudencia para que nosotros hagamos lo mismo: Pedir una y otra y otra y otra vez que el Señor nos perdone y no nos quite su Misericordia y salvación.
La vida, mis amigos, se compone de niveles.
Es decir, de pruebas constantes. Y estas sirven para formar carácter, definición, valor, arrojo y temple. Hay personas que se enamoraron cuando eran jóvenes, les fue mal y decidieron nunca más creer en el amor. Se quedaron en el nivel uno. Otros se casaron con grandes ilusiones y sueños, pero a la vuelta de la esquina todo se vino abajo. Quedaron fragmentados, hechos pedazos y nunca volvieron a recomponer sus vidas. No subieron al siguiente nivel. Quedaron derrotados en medio de la nada.
Buscaron trabajo y no lograron encontrar nada. Tomaron entonces la decisión de quedarse viviendo como vegetales, improductivos e inútiles. Perdieron la fe en sí mismos.
Un amigo le traicionó y usted quedó devastado y ya no volvió a confiar en nadie. No subió de nivel. Alguien le ofendió, le dolió, le hizo formar una caparazón de lagarto, pero el problema es que también endureció su corazón y ahora no deja entrar a nadie en ese lugar. Se llenó de temor que le volviera a pasar. La amargura le ganó la carrera de la vida.
Hoy, el Señor le dice, pruebe otra vez. Que vuelva a creer en los seres humanos, no se quede en el nivel uno o dos, siga hacia arriba, vuelva a soñar con amigos, vuelva a creer en los demás, en algún lugar hay gentes honestas, que le pueden amar, respetar y ayudar a subir de nivel.
La vida también trae tormentas. Nos enseñan a guarecernos y protegernos pero mientras sanamos. Hay quienes han sufrido tormentas matrimoniales y no vuelven a probar. Vamos, levántese, vuelva a enamorarse y vuelva a creer que por allí anda el verdadero amor que puede darle forma a un nuevo matrimonio.
Proverbios 24:16: “porque el justo cae siete veces; y vuelve a levantarse, pero los impíos caerán en la desgracia” Esto nos enseña que cada caída es un motivo para sacudirnos el polvo, levantar la frente y subir al siguiente nivel para seguir nuestro camino.
Si usted ha orado por un milagro y éste no llega, siga orando, siga creyendo. Dios dijo que David era conforme su Corazón, pero fue porque David no se daba por vencido. Caía en pecado, se arrepentía y volvía a adorar, volvía a creer que Dios no lo había desechado. Si usted practicó algún don de Dios y nadie le creyó, vuelva a probar, suba de nivel y dele su tiempo al Señor para que Él lo levante.
¿Que hizo David cuando el profeta Natán lo confrontó con su pecado? Asombrosamente, después de pedir perdón, después de ofrecer alabanzas y orar al Señor por su Gracia, lo siguiente que hizo fue escribir el salmo 51. ¿Como es posible que un corazón herido por el pecado haya escrito una pieza literaria tan hermosa como este salmo que expresa su dolor más profundo y su súplica que Dios no lo dejara sin su Presencia? Sin embargo, en ese Salmo, David le expresa al Señor que ese pecado, esa caída le servirá para enseñarle a otros que Dios es Bueno y perdonador, que se puede vivir bajo la Sombra de sus Alas sin ningún temor a ser desechado: 5l:13: “Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti” ¿Como enseñar a otros la Misericordia de Dios si yo mismo no la conozco?
Esto solo lo puede hacer una persona que sube de nivel en nivel. Que sabe que las caídas son a veces necesarias para llegar a conocer la Bondad y la Misericordia de nuestro Dios. Solamente quienes no han probado la hiel de la derrota no sabrán nunca deleitar la dulzura de la miel de la victoria.
En Lucas 13:6, el Señor nos enseña cómo su paciencia y Bondad se manifiestan en nuestras vidas. Pero somos nosotros los que no queremos que él haga su Obra de paciencia en nosotros. Nos damos por vencidos, nos quedamos tirados a medio camino y fracasamos en subir al siguiente nivel para dar los frutos que Él espera de nosotros sus hijos.
Hoy es un buen día para empezar a subir de nivel. A empezar a comprender que los fracasos, caídas y levantadas son parte de la vida, son los diferentes niveles a los que tenemos que vencer para poder llamarnos victoriosos en Cristo.
Vamos a subir de nivel y a pedirle al Señor que envíe su ayuda desde su Santuario. Él lo hará.