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viernes, marzo 29, 2024

Carga y carga

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Gálatas 6:2 “Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”

Gálatas 6:5 “Porque cada uno llevará su propia carga”

Hay dos clases de cargas.

Parece que Pablo tiene un problema de enseñanza en estos dos textos, porque en uno dice una cosa y en el otro nos dice otra. ¿En que quedamos?

Bueno, sabemos que la Biblia es perfecta, no tiene errores ni se contradice en ninguna de sus partes.  El problema somos nosotros que no sabemos discernir ni estudiar debidamente los originales en que fueron escritas esas cartas.

Veamos.

El problema de mucha gente dentro de las iglesias es que no son enseñadas en las doctrinas del Apóstol Pablo. Son enseñadas en las doctrina que el pastor aprendió en su instituto de teología pero nada más. Por lo tanto, tenemos en las sillas de las congregaciones un montón de personas cargadas, sufriendo, rotas emocionalmente, sin saber como salir de las situaciones que la vida les presenta.

Y es que el dicho de “los trapos sucios se lavan en casa” no debe aplicar a los cristianos. Porque se supone que el Señor nos ha hecho habitar en familia, y es en la familia en donde se lavan esos trapos sucios.

Pero el orgullo puede mas que la humildad y la necesidad de ser sanados, liberados y consolados.  Es por gusto el mandamiento de Pablo cuando dice que debemos consolar con la consolación con que fuimos consolados por Cristo. No. Eso no aplica en la vida de mucha gente que se está ahogando en problemas que cuando se comparten se hacen pequeños.

Hay un adagio que dice que un problema compartido se empequeñece, pero una alegría compartida se agranda.

Una primera acepción de “carga”, según la etimología de la palabra es cuando se está cargando un barco. Un solo hombre no puede cargar toda la mercadería que ese barco debe llevar en sus bodegas. Es allí cuando Pablo toma la figura de que debemos llevar las cargas de otros para ayudarles a llevarlas. Es decir, si vamos a la figura del barco, entre todos podemos llenar esas bodegas sin fatigarnos completamente en el esfuerzo.

Eso es llevar las cargas los unos de los otros.

La otra acepción de la palabra carga es  individual. Cada uno debe llevar su propia carga, es decir, su responsabilidad, sus obligaciones, sus compromisos familiares y financieros.

Pero no entendiendo bien estos dos textos de las carta de Pablo nos hemos vuelto centrípetos, egoístas y soberbios al no aceptar que otros hermanos nos ayuden a llevar con nosotros nuestras cargas.  Nuestras cargas emocionales, cargas que nos producen tristeza ante la pérdida de un empleo, ante la muerte de un ser querido, ante la tragedia de un hijo enfermo o la visita de un cáncer en nuestro cuerpo.

Últimamente mi esposa ha estado recibiendo solicitudes de oración de otras personas que se apoyan en ella para que les ayude con sus oraciones.  Son personas que de pronto la adversidad del virus les visita y necesitan que otros lleven esa carga que amenaza su salud. Otras le escriben pidiéndole ayuda emocional ante la pérdida de un padre que murió en un hospital sin haber recibido ninguna visita por los protocolos actuales de bioseguridad.

Pero, ¿por qué aún hay gente que se está ahogando en sus propios problemas sin pedir un poco de ayuda?  ¿Acaso no han leído lo que dice Pablo a los gálatas y por extensión a nosotros?

Creo que nunca como hoy se hace necesario este recordatorio que solos, no podremos llevar toda la mercadería a las bodegas del barco. Necesitamos la ayuda de otros para poder terminar la faena que se nos presenta.

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